LONDRES (Reuters) - Los directivos olímpicos instaron a los deportistas más jóvenes listos para desmelenarse tras meses de monástica dedicación a beber "con sensatez" una vez que empiecen las celebraciones.
Consejo difícil de aplicar para el nuevo héroe nacional de Gran Bretaña, el ciclista Bradley Wiggins, que tras su victoria en la contrarreloj olímpica fue fotografiado con una botella de vodka y tónica y comentó en Twitter: "Ciego de beber en un minuto".
La imagen mostraba a Wiggins con sus típicas patillas y una enorme sonrisa haciendo la señal de la "uve de la victoria" en la barra de un bar del centro de Londres.
El periódico local The Sun informó que el primer campeón británico del Tour de Francia se había bebido ocho vodkas con tónica tras su éxito olímpico.
Algo similar ocurrió con su compatriota Peter Wilson, que necesitó manos firmes y nervios de acero para adjudicarse su medalla de oro en tiro.
"Voy a ponerme muy muy borracho y quizás algo tonto", confesó Wilson con mucha honestidad tras su victoria.
Ahogar las penas también puede ser un pasatiempo peligroso.
El remero australiano Josh Booth, miembro del equipo que finalizó sexto en la final de su especialidad, fue arrestado presuntamente por haber dañado la vidriera de un comercio.
Esa acción llevó al portavoz de la delegación australiana, Mike Tancred, a declarar: "Tiene que hacerse un uso responsable del alcohol por parte de los miembros del equipo cuando terminan su competición".
MANTENER LA CALMA
Para los participantes en el atletismo olímpico, que comienzan sus pruebas este fin de semana en Londres, podría existir un riesgo en la villa: los nadadores despreocupados tras finalizar sus competiciones.
Entrenadores, preparadores, jefes de prensa y directivos olímpicos seguramente darán advertencias e instarán a los atletas a mantener la calma, pero con la gran presión que conlleva el deporte profesional moderno, soltarse y pasarlo bien siempre será una tentación irresistible.
Después de todo, los Juegos de Londres se desarrollan en un lugar característico por sus borracheras, que tiene una de las tasas de consumo de alcohol más altas del mundo.
Con una sonrisa traviesa en el rostro, el golfista norirlandés Darren Clarke admitió que bebería cerveza Guiness sin parar tras haber ganado el Abierto Británico el año pasado.
El paso de Inglaterra por la Copa Mundial de Rugby 2011 se plasmó más en las primeras páginas de los diarios que en las secciones deportivas, con relatos de competiciones de bebida en bares neozelandeses y mala conducta de los jugadores en general.
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