LONDRES (Reuters) - Reino Unido disfrutó el lunes del triunfo histórico del ciclista Bradley Wiggins en el Tour de Francia y se entusiasmó con la posibilidad de nuevas victorias en los Juegos Olímpicos, avivando las esperanzas del país frente a los problemas de organización y transporte que afronta la cita de Londres.
Las autoridades de los Juegos anunciaron que los atletas sirios habían llegado para participar en la cita, poniendo fin a la incertidumbre sobre si el país, que se encuentra bajo una creciente presión internacional por un sangriento conflicto civil, estaría representado oficialmente.
En un recordatorio de los desafíos logísticos a los que se enfrenta Londres mientras se prepara para albergar el mayor espectáculo del mundo, los londinenses que usan el envejecido sistema de metro se quejaron de importantes retrasos y el sindicato de transporte RMT convocó a una nueva, aunque limitada, huelga.
El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, aseguró que los 11 millones de asistentes a los Juegos, que se celebrarán del 27 de julio al 12 de agosto, estarán seguros, después de que la incapacidad de la empresa de seguridad privada G4s para recultar suficientes guardias de seguridad encendiera un debate entre políticos y medios europeos.
Miles de soldados más fueron llamados a filas para cubrir la carencia en un acontecimiento que será seguido de cerca especialmente al cumplirse el 40 aniversario del atentado de 1972 en Múnich por parte de extremistas palestinos, que mató a 11 miembros del equipo olímpico israelí.
Rogge recordó a las víctimas en una ceremonia simbólica el lunes en la Villa Olímpica, aunque rechazó las peticiones de recordar el aniversario en la ceremonia de apertura.
"Estamos muy seguros de que la seguridad será muy, muy buena", dijo Rogge a la BBC, cuando le preguntaron sobre el escándalo de G4s.
"Creo que tenemos que seguir adelante. El problema ha sido identificado, el problema ha sido abordado de una manera correcta", añadió el presidente del COI.
Reino Unido fue objeto de atentados suicidas contra el sistema de transporte de Londres que dejó 52 muertos en julio de 2005, el día después de que la ciudad recibiera el honor de ser la organizadora de los Juegos de 2012.
LÁGRIMAS, TRIUNFOS
Más de 16.000 atletas de 204 países disputarán las medallas en los Juegos, llevando la emoción de la victoria y la desesperación por la derrota a millones de espectadores y miles de millones más que los seguirán por televisión en todo el mundo.
Nombres como el velocista jamaicano Usain Bolt o el nadador estadounidense Michael Phelps buscarán conseguir más títulos y récords mundiales, aunque existen dudas sobre el estado físico del corredor.
Más oscura, pero no menos dramática, es la prometida asistencia del presidente del Comité Olímpico Libio, Nabil Elalem, quien estará en Londres tras ser liberado el domingo una semana después de haber sido secuestrado por hombres armados en Trípoli.
Siria estará representada, aunque Pere Miro, quien está a cargo de las relaciones con los comités olímpicos nacionales, dijo a Reuters que algunos cargos habían decidido no viajar, evitando una potencial situación embarazosa teniendo en cuenta la condena de las tácticas usadas por el presidente Bashar el Asad para detener un levantamiento en su contra.
El lunes la antorcha olímpica se abrió paso por la capital británica y completará su viaje el viernes por la tarde, cuando el pebetero sea encendido, simbolizando el comienzo de los Juegos en una ceremonia que se espera sea más íntima que la de Pekín 2008.
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