Cultura

Londres muestra a Munch sin "El grito", pero lleno de oscuridad

LONDRES (Reuters) - ¿Cómo montar una exposición de Edvard Munch sin la obra por la que es conocido en el mundo entero, "El grito"?

Existen cuatro versiones de la inquietante obra de las cuales tres están en un museos y es poco probable que viajen, mientras que la cuarta acaba de venderse en la empresa de subastas Sotheby's en Nueva York por 120 millones de dólares, el precio más alto pagado nunca por una obra de arte en una subasta.

La Tate Modern de Londres cree tener la respuesta. En una nueva exposición dedicada al pintor noruego, la galería londinense ha elegido centrarse en toda su carrera y dibujar un cuadro más equilibrado de la obra del artista.

"La idea era hacer una muestra cuya sin que faltara la obra estrella y queríamos huir de eso", dijo Nicholas Cullinan, encargado de la exposición "Edvard Munch: The Modern Eye".

"La tragedia, la pérdida y la angustia, todas esas palabras suelen relacionarse con Munch. Son ciertas, pero no son completamente verdad", declaró a Reuters en una presentación de la exposición en la que se mostraban alrededor de 60 pinturas y 50 fotografías.

En una introducción por escrito a la exposición, Cullinan se refirió a los "clichés sobre Munch como un artista nórdico melancólico y lleno de angustia que pintaba escenas de aislamiento y trauma".

De hecho, según Cullinam, Munch fue un artista interesado en la fotografía y el vídeo (disciplinas que le ayudaron a dar forma a sus pinturas) y se involucró en cuestiones de actualidad retratando escenas callejeras o informaciones que aparecían en los medios de comunicación.

"Se está intentando proponer un retrato equilibrado y preciso de Munch como artista", explicó.

Esto supone exponer muchas obras del siglo XX, que representan aproximadamente el 75 por ciento de la producción de Munch.

El hecho de que las primeras versiones de "El grito", y otros cuadros famosos como "Madonna" y "Vampiro", sean de finales del siglo XIX ha supuesto que se le asocie fundamentalmente con ese periodo.

HERIDAS PROFUNDAS

Uno de sus primeros autorretratos de 1882 demuestra una técnica magistral en una representación clásica, pero 20 años después realizó otro en forma de grabado sobre madera con gubias, dando la impresión de tener la cara llena profundas heridas.

Munch no se mostraba reacio a volver a trabajar en las mismas imágenes, ya fuera para satisfacer las demandadas de los coleccionistas o para llenar exposiciones con sus obras consiguiendo grandes sumas de dinero.

En la Tate, "Vampiro" de 1893 está adaptada con libertad en "Vampiro en el bosque" de 1916-18, mientras que "El niño enfermo" en la que plasmó los recuerdos de la muerte de su propia hermana por tuberculosis cuando era una adolescente, fue readaptada muchas veces a lo largo de su vida.

Munch criticaba esta práctica como "lo que podría llamarse una fábrica de cuadros que creaba copias para vender", pero defendió su propia participación diciendo que "siempre había un progreso y nunca eran iguales".

El artista era un fotógrafo entusiasta, con autorretratos y fotografías de sus cuadros entre sus favoritas.

La exposición también cuenta con un película de cinco minutos de 1927 que muestra escenas de la calle, paisajes, amigos y al propio artista, mientras Munch recogía una muestra cercana del día a día después de volver a Noruega en 1909 a pesar de llevar una vida relativamente solitaria.

Las técnicas fotográficas y cinematográficas encontraron su camino claramente a través de sus cuadros como en "Trabajadores en su camino a casa" que muestra a una multitud de macabros trabajadores puestos en frente y con una perspectiva exagerada dando tumbos hacia el espectador".

En "Pánico en Oslo" (1917) retrata las oleadas de disturbios que azotaron a la neutral Noruega hacia el final de la I Guerra Mundial provocada por el miedo a la escasez, mientras que en "Execution" (1929) muestra a un soldado disparando a civiles desarmados a sangre fría.

En la última sala de la exposición una serie de autorretratos muestran la inquebrantable preocupación de Munch por su deterioro físico. En "El caminante de la noche", datada en 1923-1924, el artista aparece como un insomne demacrado y con aspecto fantasmagórico vagando por una casa oscura. Munch murió el 23 de enero de 1944.

"Edvard Munch: The Modern Eye" se exhibirá desde el 28 de junio al 14 de octubre en la Tate Modern de Londres.

/or Mike Collett-White/

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