Cultura

PREVIA-Río+20 arranca con bajas expectativas de un acuerdo

RIO DE JANEIRO, Brasil (Reuters) - El ánimo para la cumbre sobre el desarrollo global que se celebra esta semana en Brasil con la presencia de casi 120 jefes de Estado no podría ser más diferente al visto hace dos décadas, cuando los principales líderes mundiales se reunieron en Río de Janeiro para la histórica Cumbre de la Tierra.

Entonces, las preocupaciones sobre el cambio climático y la deforestación dejaron de ser algo lejano para capturar finalmente la atención del mundo, lo que derivó en la firma de un tratado mundial sobre biodiversidad y en la toma de decisiones que allanaron el camino para la suscripción del Protocolo de Kioto.

Sin embargo, ahora, las preocupaciones de los líderes mundiales están en otro lado.

En vez de en las energías limpias, la seguridad alimentaria y los océanos - entre otros temas que se tratarán en la cumbre Río+20 -, el foco de las autoridades políticas está puesto sobre la endeudada Europa, las turbulencias en Oriente Próximo y la campaña presidencial de Estados Unidos.

Aunque se prevé que más de 50.000 personas lleguen a Río de Janeiro para participar en la conferencia que comienza el miércoles, se esperan pocos resultados concretos.

En el mejor de los casos, las autoridades podrían hacer más claras las llamadas "metas para un desarrollo sostenible", un conjunto de objetivos económicos, ambientales y sociales cuyos defensores creen que podrían ayudar al desarrollo mundial.

Las perspectivas son tan flojas, que el principal negociador de Brasil ha advertido en la antesala del encuentro que la cumbre corría el riesgo de "quedar secuestrada" por otras prioridades.

"Estamos aquí para pensar en el largo plazo, no sobre crisis que podrían ser superadas en uno o dos años", dijo Luiz Alberto Figueiredo, un subsecretario de la cancillería brasileña.

Pese a los intentos de Figueiredo por destacar la importancia de la cumbre, oficialmente llamada Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, las expectativas siempre han sido bajas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama dijo hace ya meses que no asistiría, al igual que los dirigentes de Alemania y Reino Unido.

Lo más probable es que muchos de los líderes que sí asistan centren su atención en los temas económicos mundiales que se discutirán durante el lunes y martes en el encuentro del Grupo de los 20 en México.

Pese a todo, algunos rechazan la idea de que la cumbre de Río no vaya a arrojar resultados. El ex presidente estadounidense Bill Clinton, durante una conferencia telefónica sobre temas ambientales, calificó Río+20 como una importante "conferencia de trabajo".

"Todo el mundo ha hecho los discursos que podía hacer", dijo Clinton el lunes, señalando que las delegaciones de Estados Unidos y Europa serían productivas pese a la ausencia de los principales jefes de Estado. Su esposa, la secretaria de Estado Hillary Clinton, liderará la delegación estadounidense.

OBJETIVO EN EL DESARROLLO, NO EN MEDIO AMBIENTE

Brasil, una voz importante en el debate ambiental mundial al albergar la mayor selva del mundo, busca moderar las esperanzas de los ecologistas que buscan repetir la cumbre de 1992.

Tras haber crecido a tasas fuertes en los últimos años, Brasil y otras potencias emergentes se niegan a poner las metas sobre el medio ambiente por delante de sus necesidades de desarrollo.

"La cumbre no puede ser solamente sobre el medio ambiente. Tiene que ser sobre desarrollo", dijo Antonio Patriota, ministro de Exteriores de Brasil.

Los ecologistas advierten que el planeta está peor ahora que en 1992.

En medio de un constante deshielo de los polos, de emisiones récord de gases de efecto invernadero y de una población mundial que alcanzará al menos los 9.000 millones de habitantes para 2050, las actuales políticas han hecho poco por suavizar las demandas de los humanos sobre el ecosistema mundial, sostienen.

Una diferencia clave con la cumbre de 1992 es que ese encuentro fue la culminación de años de trabajo sobre negociaciones para forjar algunas de las primeras reglas internacionales sobre medio ambiente de la historia. Esta vez, en cambio, es el comienzo de un proceso para establecer las denominadas "metas para un desarrollo sostenible".

Una vez establecidas, las metas se sumarían a otra serie de objetivos, conocidos como los objetivos del milenio, que los miembros de Naciones Unidas prometieron cumplir al menos en 2015. Estas metas incluyen erradicar el hambre y la pobreza extrema, mejorar el acceso a la educación y reducir la mortalidad infantil.

Las negociaciones de la ONU están activando lentamente un proceso que requiere encontrar puntos en común entre los 139 países miembros y estrechar las enormes diferencias en las prioridades del mundo desarrollado y en vías de desarrollo.

"Los objetivos específicos difieren globalmente, entre y dentro de las sociedades", escribió el economista Jeffrey Sachs, en un reciente ensayo.

Las delegaciones que preparan la declaración final del encuentro no han logrado en los últimos días acercar las posiciones. Después de que los planes para elaborar un borrador para el fin de semana fracasaran, las delegaciones están luchando ahora por tener algo listo para cuando sus líderes lleguen a Río a mediados de semana.

Río prepara mientras la logística del encuentro, el cual generará trastornos de tránsito para sus habitantes. Entre los asistentes a la cumbre se encuentran el presidente ruso, Vladimir Putin, el primer ministro chino, Wen Jiabao, y el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.

/Por Paulo Prada y Nina Chestney/

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