NUEVA YORK (Reuters) - Ray Bradbury, un icono de la literatura estadounidense que ayudó a popularizar el género de la ciencia ficción con títulos como "Crónicas marcianas", falleció el martes a los 91 años de edad, dijo el miércoles su editorial.
Bradbury publicó más de 500 libros, como "Fahrenheit 451", una novela clásica sobre la censura de los libros en una sociedad futura, además de otros favoritos como "El hombre ilustrado" y "El árbol de las brujas".
"El señor Bradbury falleció tranquilo, la pasada noche, en Los Ángeles tras una larga enfermedad", dijo un portavoz de la editorial HarperCollins.
Como escritor de ciencia ficción, Bradbury dijo que no quería predecir el futuro, aunque a veces quería evitarlo. Ese era el caso de "Fahrenheit 451", de 1953, que narra la historia de una sociedad totalitaria donde los libros prohibidos son quemados por "bomberos". El título hace referencia a la temperatura a la que se quema el papel.
La novela, que Bradbury escribió con una máquina de escribir alquilada en la biblioteca de la UCLA, mostraba un mundo que podría resultar familiar a los lectores del siglo XXI: televisores interactivos del tamaño de un muro, sistemas de comunicación en el oído, publicidad omnipresente y corrección política.
"En ciencia ficción, soñamos", dijo al New York Times. "Para colonizar el espacio, reconstruir nuestras ciudades (.. .) hacer frente a cualquier problema, debemos imaginar el futuro, incluyendo las nuevas tecnologías que se requieren (.. .)".
"La ciencia ficción es también una forma genial de pretender que estás escribiendo sobre el futuro, cuando en realidad estás atacando el pasado reciente y el presente", dijo en esa ocasión.
Sin embargo para ser un futurista, Bradbury no siempre abrazaba la tecnología. Dijo que Internet era una estafa perpetrada por las compañías de ordenadores, desdeñó los cajeros automático y denunció los videojuegos como "una pérdida de tiempo para hombres que no tienen nada mejor que hacer".
Bradbury no sólo abordó visiones futuristas sino también sensibilidades literarias en la escritura fantástica y de ciencia ficción. Su interés por la escritura comenzó cuando era un niño e incluso en sus últimos años le gustaba escribir a diario, ya fuera una novela, una historia corta, un guión o un poema.
"La gran diversión en mi vida ha sido levantarme cada mañana e ir a la máquina de escribir porque he tenido una nueva idea", dijo cuando cumplió 80 años.