LONDRES (Reuters) - Reino Unido informó el miércoles de que va a investigar si es necesaria una regulación más estricta sobre la industria de la cirugía cosmética, después de la alarma sanitaria surgida por implantes mamarios defectuosos fabricados por una firma francesa ya inexistente.
El secretario de Estado de Sanidad, Andrew Lansley, también ordenó una revisión de la seguridad y calidad de las clínicas privadas que ofrecen cirugía plástica en Reino Unido.
El Gobierno británico ha estado bajo presión para actuar tras el escándalo desatado causado en el país por los implantes mamarios fabricados por la compañía francesa Poly Implant Prothese (PIP), que entró en bancarrota en 2010 después de que una pesquisa oficial hallara silicona industrial en algunos de sus productos.
"Hoy he fijado una serie de acciones para asegurar que aprendamos las lecciones y observemos cómo podemos ajustar la regulación de la industria cosmética más amplia para que esto no vuelva a suceder", indicó Lansley en un comunicado.
El Gobierno de Francia ha aconsejado a las 30.000 francesas que se colocaron prótesis mamarias de PIP que se las quiten, tras las preocupaciones generadas por la muerte por cáncer de mama de una mujer que las portaba. En España, el Ministerio de Sanidad recomendó a las mujeres que se revisaran los implantes.
Las autoridades británicas dicen que no hay necesidad de una eliminación masiva preventiva de los implantes de PIP, aunque señala que las mujeres preocupadas porque se hayan implantado las prótesis a través del Servicio Nacional de Salud - financiado por el Estado - podrían extraérselos y reemplazarlos sin coste alguno.
Lansley dijo al Parlamento que el ministro de Sanidad, Frederick Howe, llevará a cabo un estudio rápido sobre el uso de implantes de PIP en el país que ayude a delinear futuras regulaciones.
El secretario de Estado de Sanidad también dijo que ha pedido a Bruce Keogh, director médico del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), que investigue salvaguardas para las personas que quieren realizarse operaciones de cirugía estética como implantes mamarios o tratamientos antiarrugas.
La revisión de Keogh estudiará si hay necesidad de mejorar la regulación de los productos y cirugías cosméticas en Reino Unido y el resto de Europa y si los pacientes "pueden confiar en que las personas que realizan los procedimientos tienen la capacidad para hacerlo", explicó Lansley.
El Gobierno británico ha manifestado que espera que los proveedores sanitarios privados que usaron implantes de PIP los reemplacen gratuitamente a las mujeres que están preocupadas por ellos. Lansley dijo que ocho proveedores privados han aceptado hacerlo, mientras que otros se han negado argumentando que es muy costoso.
Si una clínica privada que colocó implantes de PIP ya no existe o se niega a removerlos, el NHS lo hará, pero no reemplazará las prótesis por unas nuevas, informó Lansley.
Unos 300.000 implantes de PIP fueron vendidos en todo el mundo antes de la desaparición de la compañía tras el hallazgo de la silicona industrial, más económica y sin aprobación de los reguladores, en algunas prótesis mamarias.
Una revisión británica no halló relación entre los implantes y el cáncer, aunque no pudo establecer si las prótesis de PIP son más proclives que otras a romperse ya que, según indicó, la información del sector a los reguladores no está completa.