Cultura

Afganistán intenta recuperar su historia, pieza por pieza

KABUL (Reuters) - Mientras todo el mundo se preocupa por el futuro de Afganistán, un dedicado grupo de hombres y mujeres está recogiendo su pasado, esperando que una creciente colección de museo muestre que la cultura afgana es más sofisticada que lo que sugieren las noticias.

El reconstruido Museo Nacional en Kabul, cerca de los restos del bombardeado palacio real, se está quedando sin salas para albergar antiquísimos budas, monedas de oro y plata de la antigüedad y otros objetos únicos.

Muchas de las piezas originales del museo están rotas, destruidas o fueron robadas durante la era talibán o la guerra civil que la precedió en los 90, pero algunas han sido restauradas, y también han surgido nuevos tesoros de una serie de excavaciones arqueológicas.

Entre los nuevos descubrimientos hay un Buda de madera que data del siglo V y cabezas de buda hechas de arcilla y yeso.

Estas piezas están ayudando a que toda una nación redescubra lentamente su pasado clásico como confluencia de culturas desde la India hasta China y desde Irán y Asia central hasta oriente.

"Cada semana hay un nuevo hallazgo. La mayoría de los museos del mundo son estáticos, pero este está en pleno crecimiento", dijo Anne Feenstra, una arquitecta holandesa involucrada en la restauración del mismo museo que fue seriamente dañado durante la guerra civil.

Hay una estatua de Buda sentado de piernas cruzadas ubicada en una caja de vidrio en la parte superior de las escaleras del museo, mientras que una figura sin cabeza del rey kushano Kanishkha, restaurado tras ser destruido por los talibanes, adorna otro rincón.

Algunas paredes tienen imágenes de tesoros perdidos durante la guerra civil o en manos de los talibanes, que se hicieron famosos exhibiendo su desprecio para con el patrimonio preislámico de Afganistán detonando dos estatuas gigantes de Buda de varios siglos de antigüedad talladas en la ladera de una colina en Bamiyan.

Un grupo de niñas en edad escolar con velos sobre la cabeza escucha en un pasillo mientras un profesor explica el pasado budista del país, parte de la iniciativa del museo por generar conciencia en una generación que ha visto demasiados conflictos y extremismo y poca cultura.

"Afganistán es un amalgama de culturas de la región", dijo el ministro de Información y Cultura, Sayed Majdoom Raheen, en una conferencia en Kabul semanas atrás, en la que pidió ayuda para preservar el patrimonio de la nación.

Después de 30 años de guerra, Afganistán es retratado a menudo como una tierra de tribus enfrentadas, definida por una batalla contra las potencias extranjeras. Reconectarse con su pasado le recuerda a los afganos que tienen una cultura más compleja y sofisticada.

Si Afganistán puede preservar sus monumentos, puede mostrarle a su propio pueblo y al mundo que, como parte de la antigua ruta de la seda, fue una intersección de Asia, un crisol artístico con espíritu cosmopolita, dijo Raheen.

"Hemos visto la destrucción y la decadencia en masa, pero todavía perduran muchas reliquias. Deben ser salvadas de la aniquilación", señaló Raheen.

¿MUSEO RENACIDO?

El museo nacional, en el límite de la capital, apenas sobrevivió tras convertirse en el frente de las luchas que se apoderaron de Kabul entre 1992 y 1994.

Cuando los caudillos se disputaban el control de la ciudad, los combatientes saquearon el museo nacional, vendiendo los objetos más selectos en el mercado negro y usando archivos del museo para encender hogueras.

Un bombardeo ocurrido en 1994 destruyó el techo y el piso superior del museo. El ataque final llegó en 2001, cuando los talibanes decidieron que todas las imágenes debían ser destruidas y constituyó un grupo encargado de esta tarea, que demolió 2.500 obras de arte.

Algunas de las esculturas helenas de la colección, varias joyas de oro usadas por nómadas y antiguos manuscritos sobrevivieron a la guerra, almacenados en recámaras subterráneas del banco central poco antes de que los talibanes tomaran el poder.

Son tan valiosos que no pueden ser exhibidos en el museo antiguo. En cambio, han estado recorriendo el mundo, cautivando a las multitudes en San Francisco, Londres y Bonn.

Estados Unidos asignó este año 5 millones de dólares para construir un nuevo museo junto al antiguo con sistemas de seguridad de última generación y dispositivos de control de temperatura, para que la exposición Tesoros Ocultos pueda finalmente volver a su hogar.

"Restaurar cada objeto es esencial para la identidad afgana y la identidad de nuestra experiencia humana colectiva", dijo Rahim B.Kanani, un columnista radicado en Estados Unidos quien ha escrito extensamente sobre Afganistán.

/Por Sanjeev Miglani/

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