MONTECARLO (Reuters) - Con un guiño y una sonrisa, el gobernante de Mónaco, el príncipe Alberto II, se casó con la nadadora sudafricana Charlene Wittstock el sábado en una ceremonia a la que acudieron varias celebridades de la realeza europea y la élite internacional.
El príncipe de 53 años se casó con Wittstock, de 33, en el patio de su palacio a los pies de una enorme escalera mármol adornada con flores blancas. Unos 3.500 invitados permanecían sentados en el exterior para ver la ceremonia en pantallas de televisión gigantes.
Las hermanas de Alberto, las princesas Carolina y Estefanía, ambas vestidas de rosa, sonreían mientras veían la boda frente a una multitud entre la que se encontraba el presidente francés Nicolás Sarkozy, el diseñador de Channel Karl Lagerfeld y la cantante de ópera Renée Fleming.
La larga cola del vestido de satén de Wittstock, diseñado por Giorgio Armani con miles de pequeños cristales incrustados, se extendía sobre la alfombra roja. El novio llevaba el uniforme blanco de la guardia real de los carabinieri de Mónaco.
"Fue muy elegante, muy conmovedor", dijo a la televisión la modelo Naomi Campbell, que llevaba un vestido verde pálido con un hombro al descubierto.
Tras intercambiar los votos, Alberto le guiñó un ojo a su esposa, que sonrió tímidamente. Sentados en los escalones rojos aterciopelados, se dieron la mano mientras un cantante sudafricano cantó "The Click Song", que hizo famosa la difunta Miriam Makeba.
LA MALDICION DE LOS GRIMALDI
Esta boda es la primera de un príncipe gobernante de Mónaco desde que el príncipe Rainiero III se casara con la estrella de Hollywood Grace Kelly en 1956. Rainiero transformó Mónaco de un marchito centro de apuestas a un paraíso para millonarios, utilizando su matrimonio con Kelly para infundirle el glamur de las estrellas de cine al pequeño principado
La muerte de Kelly en un accidente de coche en 1982 reavivó los rumores de la legendaria maldición de la dinastía Grimaldi que data del siglo XIII y ha perseguido a la familia durante sus siete siglos de gobierno. Según la leyenda, una mujer flamenca violada por un Grimaldi maldijo para toda la eternidad a la familia, diciendo que jamás podrían encontrar felicidad en el matrimonio.
Carolina y Estefanía han tenido varios matrimonios desastrosos. El propio Alberto ha estado relacionado con diversas modelos y actrices, y ha admitido que es padre de dos hijos ilegítimos.
Hace unos pocos días hubo rumores de descontento que amenazaron con aguar la fiesta. El Palacio negó rotundamente una noticia en la publicación francesa L'Express que aseguraba que Wittstock intentó escapar de la ciudad en un vuelo a Sudáfrica y que se necesitó de una "infinita persuasión" por parte del príncipe y de su entorno para hacerla cambiar de opinión.
La pareja se casó el viernes en una ceremonia civil más privada en el Salón del Trono.
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