TOKIO (Reuters) - Japón prevé dejar de bombear el sábado agua radiactiva al mar desde su planta nuclear accidentada, al día siguiente de que China expresara su preocupación sobre este asunto, reflejando el creciente malestar internacional por la crisis desatada hace un mes tras un fuerte terremoto y un tsunami.
"Se prevé que el vertido del agua de baja radiación finalice mañana (sábado)", dijo un responsable de Tokyo Electric Power Co (TEPCO) a última hora del viernes.
TEPCO está tratando de contener la peor crisis atómica desde Chernóbil, y sus ingenieros están bombeando de nuevo al mar agua marina con bajos niveles de radiactividad, usada para enfriar las sobrecalentadas barras de combustible nuclear, desde hace cinco días, debido a que carecen de capacidad de almacenamiento.
China dijo el viernes vigilaría las acciones de Japón para recuperar el control de la planta de Fukushima Daiichi y pidió a Tokio información rápida y precisa sobre la crisis iniciada el 11 de marzo cuando un terremoto de magnitud 9 y un tsunami devastaron la costa noreste de Japón, causando unos 28.000 muertas o desaparecidos y dañando seis reactores nucleares al norte de Tokio.
"Esperamos que Japón actúe de acuerdo con la ley internacional y adopte medidas efectivas para proteger el medio ambiente marino", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Hong Lei en un comunicado.
China dijo que desde mediados de marzo ha detectado 10 casos de embarcaciones, aviones y carga procedente de Japón con niveles de radiación superiores a lo normal. Además, detectó restos de radiactividad en espinacas en tres provincias chinas, y la agencia estatal Xinhua declaró restos de radiactividad en 22 provincias.
Japón también afronta presiones para reanimar su economía, sacudida por el triple desastre, y evitar una crisis de proporciones globales.
Los líderes financieros del G-20 pidieron a Tokio un plan para resucitar su economía, pues temen que las consecuencias del terremoto pongan en riesgo el crecimiento económico global, dijo a Reuters el ex vicedirector gerente del Fondo Monetario Internacional Takatoshi Kato en una entrevista el viernes.
La tercera economía del mundo está ahora en un "estado grave", dijo el Gobierno japonés.
Una fuerte replica de 7,1 de magnitud sacudió el jueves la costa este de Japón, causando tres muertos y provocando 141 heridos. Un millón de hogares quedaron sin suministro eléctrico y los trabajadores de la central nuclear de Fukushima Daiichi fueron evacuados brevemente.
TEPCO dijo que el último seísmo no había causado daños adicionales a su la dañada central nuclear, que hasta hace dos días estaba filtrando agua altamente radiactiva al mar.
Corea del Sur también criticó a Japón, acusándole de incompetencia por no notificarles que descargarían agua radiactiva en el mar.
"Deberían haber avisado, pero no lo hicieron, quizás porque ni siquiera lo pensaron, pero es una cuestión de incompetencia", dijo el primer ministro Kim Hwang-sik, respondiendo a una pregunta en el Parlamento.
ECONOMÍA EN PROBLEMAS
Varios países han prohibido o restringido las importaciones de comida de Japón por temor a la radiación y algunas escuelas surcoreanas cerraron por temor a una lluvia tóxica.
Para empeorar los problemas de Tokio, la economía está sufriendo por el peor desastre desde la Segunda Guerra Mundial y la interrupción de las cadenas de abastecimiento está teniendo consecuencias en todo el mundo.
El mayor fabricante de automóviles del mundo, Toyota Motor dijo que prevé mantener cerradas parte de sus plantas en EEUU, mientras que Honda Motor ha ampliado su periodo de producción reducida hasta el 22 de abril.
Apagones y restricciones, cierres de fábricas y una pronunciada caída en la llegada de turistas están golpeando duro a la nación más endeudada del planeta, que afronta una cuenta de daños por hasta 300.000 millones de dólares, de lejos el desastre natural más caro del mundo.
Muchos economistas esperan que Japón entre en recesión este año y el banco central advirtió el viernes que los cortes del suministro eléctrico y las interrupciones en las cadenas de abastecimiento debilitarán durante un tiempo la economía.
El pronóstico del gabinete japonés era también pesimista, después de divulgar un sondeo con los daños preliminares para los negocios y el sentimiento de los consumidores.
"La economía de Japón súbitamente está en un estado grave debido a los efectos del terremoto", dijo, tras facilitar una encuesta realizada en marzo entre trabajadores como conductores de taxis y empleados de restaurantes.
En una obvia señal de la crisis, taxis aparcan cada noche en largas filas en el centro de Tokio, mientras sus conductores esperan clientes que nunca llegan.
En una reunión del gabinete realizada el viernes, algunos ministros pidieron terminar una campaña de "jishuku" (autolimitación) adoptada tras el terremoto del 11 de marzo para reducir el consumo de gasolina y electricidad y evitar el acaparamiento.
El área de Tokio y las regiones más al norte suponen la mitad de la economía japonesa, según la investigación de Nomura. La réplica del jueves obligó a dos empresas, entre ellas el gigante de la electrónica Sony, a detener la producción por cortes eléctricos.
Pero no todo fueron malas noticias. Los mayores fabricantes de automóviles de Japón, Toyota Motor y Nissan Motor, dijeron que planean reanudar el lunes de forma escalonada la producción en todas sus fábricas locales, aunque sólo a mitad de ritmo.
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