
Empiezo a escribir esta tribuna preguntándome por qué me veo obligado a poner "versus" entre política y gestión, cuando lo normal sería que ambas fueran de la mano y no las percibiéramos como enfrentadas, ¿o a ti no te pasa lo mismo que a mi? Desde hace meses, cuando me hacen una entrevista o escribo alguno de los artículos que me han publicado, siempre hay alguien que me viene a prevenir, "cuidado Fernando, no te metas en política". Y, de verdad, nada más lejos de mi ánimo. Lo único que alabo o critico es la capacidad de gestión y ejecución de aquellos a los que corresponde hacerlo. Y, claro, la mayoría de mis críticas se dirigen a la gestión de medidas políticas.
Cada uno puede tener sus ideas políticas, económicas y sociales. Y, naturalmente, yo tengo las mías. Pero como presidente de los Gestores Administrativos ni puedo ni debo entrar a debatir sobre las mismas. De lo que estoy obligado a hablar es de cómo se pone en marcha las decisiones que adoptan nuestros gobernantes, las dificultades para que las pymes y los ciudadanos las cumplan, la eficacia de éstas respecto de los problemas reales de los negocios y sobre las posibilidades de subsistir para cientos de miles de empresas y para cientos de miles de trabajadores.
No voy a caer en la tentación de valorar la gestión de la crisis sanitaria. Por supuesto que, como todo el mundo, tengo mi valoración de como se está llevando este tema. Y si hablara en nombre de Fernando Santiago, lo haría. Pero como presidente de los Gestores Administrativos, no debo. Pero sí que debo entrar a valorar la gestión que se está llevando a cabo de la consecuente crisis económica que está dejando la COVID-19. Y aquí es donde, en mi opinión, política se está contraponiendo a gestión.
Las medidas que se están llevando a cabo, mejores o peores, están adoleciendo de mecanismos ágiles de puesta en marcha, así como de facilidades para acogerse a las ayudas que, a bombo y platillo, el político anuncia. Pero luego, el funcionario, el beneficiario y su gestor se quedan solos. Una soledad que cuenta con el silencio por parte de quienes deben responder a todas las dudas que plantea la ejecución de las medidas; al otro lado de la ecuación, al supuesto beneficiario, no le llega el calor de quien debe entender que millones de personas (trabajadores y empleadores) lo están pasando muy mal.
¿Por qué la política nos está mostrando en los peores momentos de nuestra vida sanitaria y económica que es incapaz de hacer bien su gestión? Necesitamos que, bien los propios políticos, bien quienes les rodean, tengan capacidad de gestión. Que conozcan la calle, que sepan las dificultades que una decisión suya puede entrañar. Y, en consecuencia, la frustración de quien espera una mano salvadora, pero que detrás de la mano no sigue el brazo.
"Necesitamos que, bien los propios políticos, bien quienes les rodean, tengan capacidad de gestión"
Y, señores políticos, si Uds. no saben, para eso estamos nosotros, los Gestores Administrativos. Que nos pregunten. No vamos a entrar en cuestiones políticas, para eso están ustedes, pero si vamos a señalarles el mejor camino para alcanzar los objetivos que las decisiones políticas se han debido marcar. Hace unos meses, escribí una tribuna bajo el título "Medidas populistas con resultados impopulares". Pues bien, la impopularidad sobreviene como consecuencia de la incapacidad de gestionar dichas medidas.
"La impopularidad sobreviene como consecuencia de la incapacidad de gestionar dichas medidas"
Termino. ¿Por qué la política es enemiga de la gestión? Incluso con la intención de ganar votos, se pueden tomar decisiones fáciles para todos, solo hay que consultar a quienes saben cómo hacerlo. Y si no, contraten asesores que sepan del día a día. Mejor nos irá a todos.