El realismo procedente de la cinematografía rumana, tras muestras como "4 meses, 3 semanas, 2 días" o "Historias de la edad de oro", sigue sorprendiendo en los circuitos festivaleros, como demuestra "Si quiero silbar, silbo", una cinta dirigida por Florin Serban que ganó el gran premio del jurado y el Alfred Bauer en la Berlinale de 2011.
'Si quiero silbar, silbo' arranca con la historia del joven Silviu, a quien a la salida de un centro de detención juvenil le espera un agridulce panorama, con una compleja situación familiar pero también la posibilidad de retomar el rumbo de su vida.