VENECIA, Italia (Reuters) - La escasez de estrellas de Hollywood, los altos precios de Venecia, la dura competencia de Toronto... la edición de este año del festival del Lido está peleando por mantenerse como una de las citas más prestigiosas del cine internacional.
La sede en sí es un lugar en construcción, después de largos retrasos en las obras del nuevo Palazzo del Cinema, su principal sala de proyecciones, y que ahora se espera terminar en 2012.
En los muelles, el legendario Hotel Des Bains donde Thomas Mann ambientó su clásico "Muerte en Venecia", y donde Luchino Visconti rodó su famosa adaptación al cine, está cerrado y siendo reconvertido en apartamentos de lujo.
Cuando aún se acusa la reciente crisis financiera y tanto la industria como los medios están en modo de ahorro de costes, la Mostra del Cinema siente el efecto del Festival de Toronto, que coincide algunos días y ofrece muchas de las mismas películas.
Estar en Norteamérica, unos precios más bajos y la presencia de muchos directivos de la industria cerrando acuerdos hacen de Toronto una alternativa tentadora y más económica para los estudios que quieren presentar sus películas en la temporada de premios.
"Para las estrellas estadounidenses, simplemente es mucho más sencillo ir a Toronto, y para los productores es una cuestión de dinero; cuesta la tercera parte que Venecia, o menos", comentó Natalia Aspesi, una veterana crítica de cine del diario italiano La Repubblica.
Mientras el festival, el más antiguo del mundo, se acerca a la ceremonia de premios del sábado, la mayoría de los espectadores cree que el cartel de este año es fuerte pero carece de una obra maestra que lo convierta en un gran año.
Entre las películas que optan al León de Oro está la china "The Ditch" ("La Zanja"), una dura mirada al destino de los prisioneros políticos condenados a campos de trabajos forzados en 1960. Otros críticos apuestan por "Essential Killin", en la que Vincent Gallo interpreta a un combatiente talibán que huye de las tropas estadounidenses, sin pronunciar una sola palabra en toda la película.
Fuera de competición está el documental de Casey Affleck sobre Joaquin Phoenix y su transición de aclamado actor a caótico aspirante a músico de hip hop, y que tanto si es real como si no, ha capturado una gran atención de los medios.
Aun así, directores como Clint Eastwood, Robert Redford y Danny Boyle han optado por estrenar sus últimas películas en Toronto, que comienza el 9 de septiembre.
Marco Müller, el respetado jefe del Festival de Venecia, que cuesta unos 12 millones de euros, ha puesto al mal tiempo buena cara insistiendo en que cree que las dos citas pueden seguir coexistiendo.
"Estoy convencido de que Venecia aún es fuerte", dijo a Reuters, añadiendo que "la visibilidad, el impacto de una película se crea aquí y después el mercado potencial de la película sólo es evaluado por completo en Toronto".
También señaló que cree que algunas cintas proyectadas en Toronto no son lo bastante buenas para Venecia, especialmente cuando llegan con condiciones de los estudios. Por ejemplo, rechazó "The American", con George Clooney, y que los productores querían para inaugurar su festival.
En su lugar, Müller optó este año por directores jóvenes -la media de directores en competición principal es de 47 años, especialmente baja- y que no encajan en Hollywood, en lugar de inclinarse por nombres de primera línea.
El desfile de famosos es vital para mantener el revuelo mediático en torno al festival, y por ahora, por su alfombra roja han pasado Natalie Portman, Catherine Deneuve y Quentin Tarantino, muy lejos de la multitud de famosos de ediciones pasadas.
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