VENECIA (Reuters) - El último trabajo de Martin Scorsese rinde un homenaje personal a Elia Kazan, uno de los directores más influyentes de Hollywood y Broadway pero también un personaje controvertido que se convirtió en un informante anticomunista en la época del senador McCarthy.
En "A Letter to Elia", un documental de una hora de duración que se proyecta en el festival de cine de Venecia, Scorsese atribuye a Kazan y su estilo realista y crudo pero cargado de emoción la inspiración para convertirse en director de cine.
Recuerda en particular el enorme impacto que le causaron cuando era un adolescente las dos películas más conocidas de Kazan: "On the the Waterfront" (La ley del silencio en España), con Marlon Brando (1954) y al "Este del Edén" con James Dean (1955).
"Es casi imposible decir lo mucho que me afectaron las películas de Kazan", escribió Scorsese poco después de la muerte de Kazan en 2003 a los 94 años.
Scorsese descubrió a Kazan siendo apenas un adolescente cuando iba solo al cine en Nueva York y estaba a su lado junto a Robert De Niro cuando Kazan, cuyas películas ganaron 20 Premios de la Academia, recibió el Oscar a toda una vida en 1999.
Ese premio especial suscitó mucha polémica porque Kazan había entregado al Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso los nombres de ocho miembros del Partido Comunista que habían trabajado en el Group Theater donde él había comenzado como actor.
Decir esos nombres le costó a Kazan, él mismo miembro del partido entre 1934 y 1936 antes de dimitir como protesta, muchos amigos en Hollywood y entre los intelectuales de EEUU.
Sus razones para hacerlo después de haberse previamente negado a testificar aún son motivo de debate.
En sus memorias, Kazan escribió: "Había odiado a los comunistas durante muchos años, y no me sentía bien con la idea de abandonar mi carrera para defenderlos. ¿Me iba a sacrificar por algo en lo que creía?
"En repetidas ocasiones he sorprendido a la gente por lo que parece ser un cambio total de posiciones y actitudes".
En un documental, que incluye una extensa entrevista con Kazan, dice que lo que hizo fue "sólo la más tolerable de las dos alternativas que de cualquier manera eran dolorosas y erróneas".
Kazan, el hijo inmigrante de un comerciante griego, dice que sus mejores películas llegaron después de esa experiencia, aunque para entonces ya se había hecho un nombre en Broadway con "Muerte de un viajante" y "Un tranvía llamado deseo" y cofundar el Actors' Studios.
En "La ley del silencio" y "Al este del Edén", entre otras, rompió el molde de personajes edulcorados que hasta entonces eran el plato fuerte de Hollywood, llevando a la pantalla pasiones inconfesables, relaciones familiares problemáticas y el submundo criminal, dice Scorsese.
"Ampliaron los límites de los que era emocional y psicológicamente posible", dice.
"Esas eran las personas que yo veía cada día, la gente que conocía. Era como si el mundo en el que yo vivía se hubiese materializado".