NUEVA YORK (Reuters) - Lleva décadas trabajando con los artistas más importantes, desde Elvis Presley y Frank Sinatra a Brad Pitt y George Clooney, pero ahora es el turno del productor de Hollywood Jerry Weintraub de ser el centro de atención y brillar como una estrella.
Y mientras promociona su autobiografía "When I Stop Talking, You'll Know I'm Dead. Useful Stories from a Persuasive Man" (Cuando deje de hablar, sabrán que estoy muerto, Historias útiles de un hombre persuasivo), al niño del Bronx que se volvió un magnate del cine no le falta confianza.
Al preguntarle su edad, él responde "Tengo 72 años, ¿tengo bastante buen aspecto para tener 72, verdad?". Si le dices que tiene una bonita sonrisa rápidamente contesta "Deberías verme cuando recibo un cheque".
Al preguntarle qué le gustaría que dijera su epitafio, él responde tras una profunda risa "Yo estuve aquí y lo hice".
"No me privé de nada, eso te lo puedo asegurar", añadió.
Sus memorias, publicadas esta semana por la imprenta Twelve de Hachette Book Group, hablan de un esforzado trabajador y valiente neoyorquino que, gracias a la persistencia y el carisma alcanzó su gran momento a los 26 años al convencer al coronel Tom Parker de que él era el indicado para traer de nuevo a Elvis Presley en una gira de conciertos nacionales.
"Nunca he escuchado la palabra 'No', la única que escucho es 'Sí'", dice Weintraub sobre su filosofía de negocios.
Además de contar la historia de su vida, las autobiografía ofrece consejos a los que desean seguir su camino.
"Soy un libro abierto, no trato de esconder nada, no estoy tratando de engañar a nadie (...) y no me rindo cuando creo en algo", comentó Weintraub.
Weintraub ha trabajado con los grandes del mundo del espectáculo. Como empresario con su compañía Concerts West, su catálogo incluyó a Sinatra, Bob Dylan, Led Zeppelin y John Denver.
Más tarde, como productor de cine trabajó con todos, desde George Burns en la película de 1977 "Oh, God!", hasta George Clooney y Brad Pitt en "Ocean's Eleven".
El libro está plagado de historias de una época en la que las cosas eran más sencillas. Por ejemplo una vez tuvo que pagarle a un funcionario para que pusiera a presos en los asientos libres de un concierto, y Elvis creyera que se habían agotado las entradas.
En otra ocasión, pintó cajas de cartón con pintura negra para dar a Led Zeppelin la ilusión de que había más altavoces y convencerles de que su música había sonado más alta.
Weintraub describe la historia de un hombre que vivió y trabajó siguiendo reglas sencillas: Pregunta si no sabes, escucha cuando otro está hablando, sé honesto, trabaja duro.
"He sido muy, muy afortunado y he trabajado muy, muy duro", dijo Weintraub, a lo que añadió "Yo era un niño del Bronx, no tenía nada, hice todo el trabajo".
"He tenido una vida un poco loca", concluyó.