
La Vía Láctea tiene un gran y supermasivo agujero negro que, seguramente, es una de las causas importantes de la formación de la Tierra y de la existencia de la vida tal como la conocemos.
Einstein, en sus ecuaciones, ya previó la existencia de los Agujeros Negros, cuya enorme gravedad provoca una "singularidad" (palabra que utilizan los sabios cuando no pueden explicar algo científicamente). La inmensa curvatura del espacio-tiempo producida en los A.N. está envuelta por una superficie cerrada que se llama "horizonte de sucesos" de la que nada puede escapar. Ni los fotones que componen la luz. A pesar de ello, según Hawking, su disco de acreción (compuesto de materia afectada por la enorme atracción del Agujero Negro que va atravesando el Horizonte de Sucesos incrementando el tamaño del A.N.), sí puede emitir radiación hacia el espacio.
En el 2004 los astrónomos descubrieron el "Q0906+6930" en el centro de nuestra Galaxia a unos 25.000 años luz de distancia y de unos cuatro millones de masas solares.
Cuando destapamos la bañera, se forma un remolino. El agujero engulle el agua y material, produciéndose un ruido. Parte de la energía cinética producida se convierte en ondas sonoras que, desplazándose más rápido que el agua, escapan. Algo equivalente sucede en los A.N. El fuerte giro de las materias que se precipitan en su interior a velocidades increíbles, colisionando, libera grandes cantidades de energía cinética que, convertida en movimiento de partículas atómicas y radiaciones electromagnéticas puede escapar, sin traspasar el "Horizonte de Sucesos", a la enorme atracción del A.N.
La influencia de los A.N. sobre las Galaxias que los albergan es importantísima y parece que el nuestro, el central de la Vía Láctea, posee las características ideales para agitar lo adecuado su entorno propiciando el nacimiento de sistemas solares similares al nuestro. Su ritmo y frecuencia de activación son idóneos.
Posiblemente, cuando la formación de nuestro sistema solar hace unos 4.500 millones de años, el Agujero Negro Central Galáctico engulló grandes cantidades de materia, emitiendo cantidad de energía en nuestra dirección, pero, desde entonces se ha comportado con tal discreció, que sus emisiones hacia nosotros apenas nos han molestado. La gran distancia a la que se encuentra nos ha favorecido, lo que no garantiza que, en el futuro, pueda volver a activarse de manera que afecte o destruya nuestro sistema.
Estamos en una gran galaxia espiral con un bulbo central relativamente pequeño. Esto supone que, en su pasado, no ha dedicado relativamente gran cantidad de materia en alimentar colosales agujeros negros, evitando así, en parte, los terribles efectos de las fuerzas que se hubiesen liberado.
En nuestra Galaxia, muchas estrellas nacen o han nacido en los brazos espirales que giran alrededor del núcleo. Nosotros nos encontramos en una región "tranquila" en la que se forman pocas, según dicen los sabios.
La probabilidad de la producción de vida es mucho mayor en aquellas Galaxias (como la nuestra) en las que su Agujero Negro Central no es monstruosamente grande y se activa solo de vez en cuando. Una actividad mucho más intensa bajaría la producción de nuevas estrellas dificultando la formación de elementos químicos pesados, mientras que un A.N. escasamente activo provocaría el nacimiento de muchas nuevas estrellas jóvenes que explotarían demasiado pronto para engendrar vida, y, si tan calmo fuese ni se formarían estrellas. Los extremos son malos.
La vida se produce como consecuencia de una serie de sucesos cuya historia depende de la evolución de la Galaxia y de la regulación ejercida por sus Agujeros Negros centrales supermasivos. Nosotros somos producto de la feliz combinación de ambas cosas, aunque, naturalmente, también hay muchos otros factores, pero estos son básicos.
Una de las maneras de enunciar el Principio Antrópico (antropos, en griego, quiere decir hombre), seria: "el hombre es necesariamente como es porque hay seres que se preguntan porque es así". O sea "que cualquier teoría válida sobre el Universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano". "Nuestro Universo parece haber sido adaptado para permitir la existencia de la vida tal como la conocemos" (¿Dios?)
Hawkins y el Principio Antrópico
La opinión del gran Hawkins, uno más de la mayoría de sabios que no están de acuerdo con el famoso Principio, nos parece casi definitiva.
Dice nuestro físico: "Vemos el Universo tal como es porque nosotros existimos? y prosigue explicando que si el Universo no fuese como es y evolucionado de la manera que lo hizo, nosotros no existiríamos y por lo tanto, preguntarse porque existimos no tiene sentido. Es absolutamente pragmático y consecuente. La discusión está servida".
El "Chandra" (observatorio espacial) se lanzó en 1999. Lleva su nombre en honor del sabio hindú Chandrasekhar que significa "Luna" en sánscrito. Puede observar el cielo en Rayos X con una resolución angular de 0,5 segundos de arco. Captó, a finales del año pasado la imagen que publicamos.
También el SOFIA (Stratospheric Observatory Infrared Astronomy), ha realizado recientemente imágenes en infrarrojo del anillo de gas y polvo que rodea al Agujero Negro Central de nuestra Galaxia, de unos 7 años luz de diámetro.
En el 2010, se detectaron dos inmensas burbujas de rayos gamma, una encima y la otra debajo del centro de la enorme espiral de nuestra Galaxia. Los extremos más cercanos de ambas burbujas están casi tocando el agujero negro de nuestro centro galáctico y los más lejanos a unos 20.000 años luz del mismo.
Las fenomenales burbujas podrían ser el residuo de las enormes cantidades de radiación y partículas de energía emitidas en un relativamente reciente festín del A.N. central galáctico.
Nuestro sistema solar al encontrarse lejos del centro, en los brazos exteriores de la espiral, no salió afectado. ¿El Azar o la Necesidad?