Ciencia

¿Qué prácticas sexuales excitan a un pez?

La diversidad de prácticas sexuales debajo del mar es abrumadora. Imagen: EFE

La diversidad de prácticas sexuales debajo del mar es abrumadora. Desde fecundación interna a externa pasando por sexo oral, parejas para toda la vida y orgías monumentales. Este abanico de posibilidades proporciona a los peces una mayor probabilidad de supervivencia en un ambiente tan competitivo como el océano.

"Cualquier fantasía sexual que te puedas imaginar se cumple en el mundo de los peces", afirma a SINC Pablo Sánchez, investigador de la Universidad Politécnica de Catalunya y especialista en piscicultura de lenguados.

A las sardinas (Sardina pilchardus) les trae sin cuidado quién les fertilice o a quién fertilizan y en temporada de puesta forman enormes agregados o frezas, a modo de 'orgías marinas' en las que liberan todo sus gametos al mar de manera simultánea.

Pero no todas las hembras son tan despreocupadas sobre la paternidad de su progenie. El mero de las islas Medas se reproduce en pareja y "la puesta es especialmente espectacular", afirma Toni García. Al principio, la hembra se coloca sobre el fondo en un punto determinado del territorio del macho, "lo que indica que está dispuesta a jugar", señala el biólogo.

Estrategias reprodcutivas

No es extraño que los peces posean un enorme muestrario de estrategias reproductivas, aclara el biólogo: "Popularmente se incluye en el grupo 'peces' todo animal con aletas que viva debajo del agua, pero entre ellos puede haber diferencias evolutivas más importantes que entre mamíferos y anfibios".

Transexualidad marina

Por si la variabilidad de hábitos sexuales supiera a poco, hay especies que a lo largo de la vida cambian de sexo. Las doradas (Sparus aurata), por ejemplo, son hermafroditas secuenciales, nacen con gónadas masculinas y femeninas, pero primero maduran unas y después las otras. La mayoría nacen macho y, aproximadamente a los dos años, se transforman en hembras.

La variedad de estrategias abarca desde cortejos elaborados a tremendas orgías subacuáticas donde nadie se fija demasiado en quién fertiliza a quién

En poblaciones no sometidas a la explotación pesquera, caso de las reservas marinas, el cambio de sexo está condicionado socialmente. "La transformación de hembra a macho solo se produce cuando desaparece el macho dominante", cuenta el experto.

Además de por edad y tamaño, los peces también cambian de sexo en función del fotoperiodo "cantidad de horas de luz" y de la temperatura a la que se incuban los huevos. "En muchas especies de vertebrados, principalmente en peces y reptiles, la temperatura ambiental influye en la determinación del sexo de los individuos", explica a SINC Francesc Piferrer, biólogo e investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona.

Pero como para gustos, colores, también hay peces, como el serrano imperial (Serranus atricauda), que son hermafroditas sincrónicos y tienen testículos y ovarios, ambos funcionales a la vez, "lo que hace que cualquier encuentro con un congénere pueda resultar en una puesta fértil, algo muy útil cuando la densidad de individuos es muy baja", señala Sánchez.

Juntos para toda la vida

"Estos peces acostumbran a ser monógamos y a comportarse o bien como hembra o bien como macho durante el apareamiento, pero también pueden autofecundarse", explican en su investigación Víctor M. Tuset y su equipo, científicos del Instituto Canario de Ciencias Marinas.

Sea como sea, el objetivo fundamental es que los óvulos femeninos sean fecundados por los gametos masculinos y las especies se reproduzcan. Para conseguir este punto clave, el abanico de posibilidades también es amplio. Los peces pueden buscar pareja o grupo y la fecundación puede ser externa, interna o bucal.

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