De toda la inmensa información que recibimos del espacio en forma de radiación electromagnética, el ojo humano solo puede captar la de las longitudes de onda que van de 0,4 a 0,750 micrómetros (un micrómetro=una milésima de milímetro). Todo cuerpo cuya temperatura esté por encima del cero absoluto (-273ºC) emite radiaciones infrarrojas en longitudes de onda de 1 a 300 micrómetros. Imaginemos la gran ventana que se está abriendo para el estudio del Universo con la investigación cada vez más intensa del infrarrojo.
El Spitzer (Space Infrared Telescope Facility) de la NASA se envió el año 2003 y gira alrededor del Sol (heliocéntrico), no de la Tierra (sería geocéntrico). Lleva un espejo de 85 cms. de Berilio y funciona con refrigeración por He (Helio) a temperaturas de solo 4º Kelvin, cercano al cero absoluto, lo que hace que su propia radiación infrarroja sea muy pequeña y no enmascare la que viene del espacio. Se aleja de nosotros unos 15 millones de Kms. por año, siguiendo su órbita heliocéntrica.
Mirando hacia el futuro
Para el año 2.018 está en proyecto el James Webb que se dedicará, con su espejo de 6,5 mts. de diámetro a estudiar las primeras galaxias que se formaron, observando a través de las nubes de polvo espacial. Se situará a 1,5 millones de Kms. de la Tierra.
Con el Wise, lanzado el 2009 se ha confeccionado el Atlas o mapa de todo el cielo en infrarrojos. Lleva más de 3 millones de imágenes captadas en cuatro longitudes de onda infrarroja diferentes.
Hay varios otros telescopios de infrarrojos orbitando la Tierra para seguir estudiando el origen y evolución de las galaxias, el nacimiento y muerte de las estrellas, las enanas marrones, el proceso de formación de sistemas planetarios, descubrir nuevos cometas y cosas por el estilo.
La luz visible de un planeta en órbita alrededor de una estrella es enmascarada por el enorme brillo de ésta, sin embargo, en el infrarrojo, los planetas brillan más y el brillo relativo de la estrella baja, lo que los hace más detectables
El Spitzer, según reciente comunicación de la NASA, detectó luz emanada por un exoplaneta que orbita una estrella a 41 años luz de nosotros. Se trata del 55 Cancri e y da una vuelta a la estrella cada 18 horas. Es mayor que la Tierra y menor que Neptuno, por lo que pertenece a la categoría de los llamados "Super-Tierra". De un sistema de 5 planetas es el más cercano a la estrella lo que le causa mareas tan fuertes que hacen que siempre le presente la misma cara, que está extremadamente caliente.
Su luminosidad se deduce del estudio de la radiación infrarroja del conjunto. Cuando el planeta está detrás el brillo total disminuye, para volver a aumentar cuando pasa por delante de nuestra visual, lo que demuestra el brillo propio del planeta.
Se espera que cuando lancen el Webb (programado para el 2.018) empleando métodos similares al Spitzer, se puedan detectar indicios de moléculas relacionadas con la vida en otros sistemas planetarios. Es el gran reto.