
Un estudio de la Universidad de Bonn (Alemania) ha llegado a la conclusión de que los erizos podrían considerarse como un gran ojo, ya que su cuerpo está cubierto por más de 1500 grupos de células sensibles a la luz que le permiten obtener una visión generalizada de lo que ocurre a su alrededor.
Para esta investigación, dirigida por la científica Esther M. Ulllrich-Lüter, han realizado un análisis genético y una observación microscópica de los erizos de mar púrpura de California, según ha recogido la revista Quo.
Los resultados descubrieron que estos seres se componen de una gran red nerviosa descentralizada con un gran cúmulo de fotorreceptores que se localizan en diferentes nichos de su esqueleto, en la base de las patas y en sus extremos. Estos fotorreceptores se igualarían a las retinas de los ojos humanos.
Este hallazgo es único en el mundo animal.