
La pesadilla de Lance Armstrong podría continuar y de manera mucho más preocupante de lo que ha sufrido hasta ahora. El ex ciclista estadounidense, condenado este martes a no poder competir de por vida (además de perder sus siete Tours de Francia) podría ser condenado a cárcel por perjurio. Además, según el reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI), el ciclista perderá nueve millones de euros, los ganados durante el periodo en que estuvo en activo.
Según el diario As, siendo esta pérdida grave, no es la única a la que se enfrenta Armstrong. La retirada de los patrocinadores podrían suponerle el adiós a 150 millones de euros que dejaría de ganar en los próximos años por la pérdida de sus patrocinadores más importantes.
En el caso del riesgo de cárcel, una mentira es la que le podría llevar a cumplir condena. En 2005 el ciclista aseguró, bajo juramento y ante un juez, que no había consumido nunca sustancias dopantes. Fue parte del proceso iniciado contra una empresa a la que estaba vinculado Armstrong y por la que tuvo que responder a preguntas en esta dirección.
En Estados Unidos el perjurio es considerado delito penal. Mentir ante un tribunal supone, por lo tanto, la privación de libertad. Además, Armstrong también se enfrenta a varios delitos de amenazas después de enfrentarse a algunos de los ex compañeros que lo denunciaron ante las autoridades antidopaje de EEUU (USADA). También amenazó a los familiares de algunos de estos 'chivatos'.
Armstrong ya ha borrado de su perfil de Twitter la referencia a los siete Tours de Francia ganados hasta ahora, lo que, según viarias interpretaciones, podría ser el primer paso para reconocer que no interpondrá recurso alguno ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), algo que podría considerarse en EEUU como la aceptación del dopaje y, por ende, de su mentira ante los tribunales en aquel año 2005.