El anuncio del fin al parón patronal de la NBA ha supuesto un duro golpe para algunos equipos europeos con figuras del lockout en sus filas. Entre ellos, el Real Madrid. Las dudas sobre qué será de Rudy Fernández preocupa, y mucho, al equipo merengue. El mallorquín podría jugar sus dos últimos partidos como madridista en los próximos siete días.
Esa es la fecha tope que tiene el cinco blanco para poder jugar partidos de Euroliga y ACB. A partir de entonces deberá volver a Dallas (equipo que le fichó el pasado verano) donde negociará su libertado con el conjunto de Nowitzki. Los plazos fijados por el acuerdo entre NBA y jugadores fija que será el 9 de diciembre cuando ambas partes puedan dirimir qué será de su futuro.
Esa es la fecha seleccionada para el inicio de la pretemporada. Hasta entonces no podrá haber conversación alguna. Así es la competición más importante del planeta. Por eso el Real Madrid y sus agentes negocian qué estrategia seguir. Serán claves los deseos del jugador y, sobre todo, qué quiera hacer el nuevo entrenador de los Mavericks con él.
Según informan Marca y As, el jugador podría permanecer en la NBA si Rick Carlisle cuenta con él. En caso contrario, si su papel es sencundario, Rudy pedirá su libertad para poder jugar con los blancos lo que queda de temporada y las otras tres restantes que firmó con los del Bernabéu.
En caso de que permanezca con los actuales campeones de la competición, Rudy podría ser blanco el próximo verano, cuando quede libre del compromiso que le ata a su franquicia. De confirmarse esta opción, los compromisos frente a Valencia y Milan serían sus últimos choques como jugador blanco.
Vuelve la NBA
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