Cada vez que se construya o se renueve un edificio, se debe apuntar a generar ahorros de hasta un 50% en temas de consumo energético.
Por lo general, los edificios suelen administrar diversos sistemas al mismo tiempo, aunque, en muchos casos, estos no se encuentran integrados, lo que provoca una gestión ineficiente y un excedente en gastos operativos. Estos son algunos de los inconvenientes que vienen afectando los ciclos de vida de los edificios, pero las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o el Internet de las Cosas pueden hacer que estos espacios se encaminen hacia un nuevo nivel en el mercado, permitiendo la automatización y una correcta gestión energética.