La Unión Europea ha situado la exploración y extracción de minerales estratégicos como una prioridad para reducir su dependencia del exterior y garantizar el suministro de materias primas esenciales. Para ello, Bruselas ha anunciado recientemente la flexibilización de ciertos requisitos ambientales, una medida que ha reavivado el debate sobre qué minerales deben considerarse críticos.