
Ocho de los nueve extranjeros condenados a muerte por narcotráfico en Indonesia, incluido un brasileño, recibieron este sábado la notificación de su próxima ejecución, que provocó una oleada de peticiones internacionales para que Yakarta reconsidere su postura.
Los ocho extranjeros condenados -de Australia, Brasil, Filipinas y Nigeria- fueron transferidos a una prisión del complejo penitenciario de Nusakambangan, considerado el "Alcatraz indonesio", donde se encuentran en aislamiento antes de ser ejecutados junto a un indonesio.
"Acabamos de notificar (la ejecución) a cada preso, nueve personas", dijo a la AFP el portavoz de la fiscalía indonesia, Tony Spontana, que precisó que los fusilamientos no se producirán antes de tres días.
El nombre de Serge Atlaoui, que figuraba en la lista inicial, fue retirado a última hora, presumiblemente por las presiones del gobierno francés.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, exhortó al gobierno indonesio a no ejecutar a los diez condenados a muerte, recordando la oposición tradicional de la ONU a la pena capital.
La legislación antidroga de Indonesia es una de las más severas del mundo y el presidente Joko Widodo, con potestad de acoger peticiones de clemencia, alega que la situación de emergencia frente al problema de las drogas requiere la pena capital para los condenados.