El autobús llega a la parada en una calle de Seúl, en Corea del Sur. Se baja una mujer, después una pareja, dan dos pasos en la acera cuando de pronto se los traga literalmente la tierra.
Así. Se abre un agujero y el hombre y la mujer desaparecen. El resto de pasajeros se quedan estupefactos. Llegan los equipos de emergencia y es necesaria la ayuda de una grúa para sacar a los accidentados.
El agujero mide un metro y medio de ancho por tres metros de profundidad. Gracias a una polea sacan, con el susto en el cuerpo, a la mujer y después al señor. Ambos son llevados al hospital más cercano donde queda claro que solo sufren heridas leves.
Ya se están investigando qué pudo pasar, aunque se cree que las aguas subterráneas fueron las culpables.