
La quinta ronda de negociación entre Japón y la Unión Europea (UE) para firmar un tratado de libre comercio (TLC) arrancó en Tokio, una fase que puede ser crucial ya que los Veintiocho revisarán en abril los avances cosechados de cara a continuar o no las conversaciones.
La UE examinará el próximo mes -un año después del inicio oficial de la negociación- los progresos que el país asiático ha realizado para eliminar las llamadas barreras no arancelarias.
El que Bruselas decida proseguir o no con las conversaciones para la firma del tratado dependerá en buena parte de estos avances.
La negativa inicial de Japón a eliminar sus trabas no arancelarias supuso el principal obstáculo hasta lograr que ambas potencias abrieran el proceso negociador en abril de 2013.
Estas barreras pasan, por ejemplo, por los estándares en materia de seguridad y de emisiones que aplica el país asiático a los automóviles y que, al no estar unificados, conllevan un proceso costoso y largo -de unos dos meses- para lograr que un vehículo de la UE obtenga luz verde en las aduanas niponas.
Tokio ha pedido a Bruselas que elimine los aranceles que pesan sobre automóviles y aparatos electrónicos y, para ello está considerando poner sobre la mesa un plan para suprimir de manera progresiva en etapas las tarifas aduaneras sobre el vino europeo, un sector que interesa mucho a los Veintiocho.