Corea del Norte y Corea del Sur intercambiaron fuego de artillería el lunes fuera en su frontera marítima occidental, lo que obligó a los residentes de una isla de Corea del Sur a huir hacia los refugios antiaéreos en la más dramática escalada de tensiones desde 2010.
Un proyectil norcoreano aterrizó en aguas de Corea del Sur, aunque ninguno tocó tierra, a diferencia de 2010, cuando un bombardeo mató a dos soldados y dos civiles.
Un simulacro de bombardeo de Corea del Norte llevó a los infantes de marina de Corea del Sur en una isla cercana a devolver los disparos en el agua, según un funcionario surcoreano. No estaba claro cuántos disparos fueron realizados por uno y otro lado.
El Estado Mayor del Ejército surcoreano ha indicado que al menos un misil disparado por Corea del Norte ha impactado en sus aguas territoriales, por lo que ha disparado obuses K-9 en respuesta.
"Corea del Norte pidió a Corea del Sur que controlara sus buques en siete regiones antes de llevar a cabo las maniobras. Hemos prohibido a los buques que entren en la zona por motivos de seguridad", ha sostenido el Estado Mayor.
Por su parte, el portavoz del viceministro de Defensa, Wi Wong Seop, ha destacado que el anuncio de maniobras "contiene intenciones hostiles", al tiempo que ha valorado que "pretende crear una situación de crisis elevando la tensión en la zona fronteriza".
Las autoridades norcoreanas han admitido el disparo de decenas de misiles desde la costa oriental en las últimas semanas, aunque en esos casos se trataba de proyectiles de corto alcance. Este incremento de la actividad parece una nueva muestra de rechazo a las maniobras militares conjuntas que realizan los ejércitos de EEUU y Corea del Sur desde finales de febrero hasta mediados de abril.
El jueves, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó los últimos disparos de misiles balísticos por parte de Corea del Norte y recalcó que se trata de una violación de las resoluciones del organismo, al tiempo que afirmó que discutirá una "respuesta apropiada" a dichos actos.
La ONU analizará el conflicto