Asia

Los supervivientes de China, amenazados por las bajas temperaturas nocturnas a la intemperie

Al menos 617 personas han muerto a consecuencia del terremoto de 7,1 grados que sacudió ayer la provincia china de Qinghai, en el noroeste del país, según el último balance ofrecido por la agencia estatal Xinhua.

Varios convoyes con alimentos, tienda de campañas y medicinas se dirigen a la Prefectura Autónoma Tibetana de Yushu, la zona más afectada por el seísmo y donde la mayoría de los edificios quedaron completamente derruidos. Los supervivientes han soportado las bajas temperaturas de la noche en la calle.

Mientras, más de 1.000 personas han sido rescatadas con vida de entre los escombros de los edificios destruidos por el terremoto, según ha indicado el Ministerio de Seguridad Pública de China hoy jueves.

Difíciles tareas de rescate

La televisión estatal mostraba imágenes en las que se ve como efectivos de la Policía Militar sacan a los heridos de entre las ruinas de los edificios caídos en Jiegu, sede del Gobierno de la prefectura.

Los propios medios estatales señalan que la escasez de material de excavación está dificultando aún más las tareas de rescate. Equipos de emergencias y dispositivos de primeros auxilios han sido enviados desde las provincias vecinas, pero su llegada se retrasa debido al mal estado de las carreteras, que han quedado severamente dañadas por el temblor.

El Gobierno chino ha destinado un total de 200 millones de yuanes (unos 21 millones de euros) del Fondo Central de Ayudas a Desastres para las tareas de emergencia, evacuaciones, reasentamiento de afectados, tratamiento médico y prevención de epidemias, ha informado Xinhua.

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