
Al menos 13 personas murieron en 24 horas en Egipto en una nueva oleada de violencia este martes entre partidarios y opositores al expresidente Mohamed Mursi, y las autoridades transitorias advirtieron de que no dejarán que el país se hunda en una guerra civil.
La situación política parecía totalmente bloqueada entre el movimiento de Mursi, los Hermanos Musulmanes, que cuentan con la movilización callejera, y las nuevas autoridades, que siguen organizando imperturbables las instituciones transitorias.
"Egipto no será una segunda Siria y quien empuje por esa vía es un traidor", afirmó un portavoz del presidente interino Adly Mansur, Ahmed Al Maslamani, en una declaración publicada por la agencia oficial MENA.
Nueve personas murieron el martes a primera hora de la mañana cerca de la Universidad de El Cairo, según un nuevo balance al alza del ministerio de Salud.
Al menos dos de ellas murieron a tiros de un hombre que disparó contra los militantes favorables a Mursi.
Por la tarde se produjeron breves choques en el mismo sector, donde ardieron unos 15 vehículos.
Las inmediaciones de la Universidad, a poca distancia del centro de la capital, son, junto con la zona de la mezquita Rabaa al Adawiya, en el noreste de El Cairo, uno de los dos lugares ocupados permanentemente por los islamistas desde hace casi tres semanas.
Ocho policías resultaron heridos al anochecer, algunos de gravedad, por una ataque con granadas delante de la comisaría central de Dahqaliya, en el norte, según fuentes de seguridad.
Cuatro personas murieron la noche del lunes --tres en la ciudad de Qaliub, en los suburbios del norte de la capital, y una en el Cairo, a poca distancia de la Plaza Tahrir.
Unas 150 personas murieron en enfrentamientos relacionados con los disturbios políticos desde fines de junio.
Unas 40 personas más perdieron la vida durante este período en la inestable región del Sinaí, en la frontera con Israel y la Franja de Gaza, principalmente durante ataques contra el ejército y la policía, y en operaciones militares contra los radicales islamistas.
Los partidarios de Mohamed Mursi exigen su regreso después de su destitución por parte del ejercito, el 3 de junio, alegando que es el primer presidente egipcio que fue elegido democráticamente.
Por su parte, sus adversarios consideran que Mursi fue descalificado por una gestión favorable únicamente a su propio sector, y agregan que las gigantescas manifestaciones que tuvieron lugar a fines de junio en las que se exigía su partida mostraron su pérdida de legitimidad.