
El Gobierno argelino ha justificado su decisión de permitir la entrada en su territorio de la segunda mujer de Muamar Gadafi, Safia, y tres de sus hijos, Mohamed, Hannibal y Aisha, en que la "hospitalidad es sagrada" en la región. Asimismo, se habría permitido que entraran en Argelia debido a que en el convoy en el que iban había numerosas mujeres y niños.
Este es el argumento que ha ofrecido este martes el embajador argelino ante la ONU, Mourad Benmehidi, en declaraciones a la BBC. Según el diplomático, en la región hay "una norma sagrada de hospitalidad".
El embajador ha insistido en que su país tenía la obligación de prestar asistencia y "de hecho en muchas partes de la región del Sáhara es obligatorio por ley prestar asistencia a cualquier persona en el desierto". Así las cosas, ha defendido que Argel informó inmediatamente al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y ha prometido que su país cumplirá con sus obligaciones internacionales.
Esta versión coincide con la que ofrece el diario 'Echourouk', que cita a una fuente oficial, de lo sucedido ayer. Según el rotativo, 31 miembros de la familia Gadafi entraron en Argelia a bordo de siete vehículos tras esperar doce horas en el paso fronterizo de Illizi (sureste), hasta que los guardias fronterizos recibieron luz verde para permitir su entrada en territorio argelino.
Según el rotativo, Aisha Gadafi, la única hija del líder libio, se encontraba en una situación de salud crítica, ya que se encuentra en su noveno mes de embarazo.
Además en el convoy viajaban varios niños -hijos de Hannibal y Mohamad-, lo que empujó a las autoridades argelinas a permitir la entrada en Argelia conforme a los tratados internacionales que exigen ofrecer ayuda a las personas que lo necesiten en tiempos de guerra, según la fuente, que ha apuntado a que los familiares de Gadafi seguramente se quedarán en la provincia de Illizi en lugar de trasladarse a Argel.