Esta es la demoledora conclusión de una encuesta realizada por la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios para el rotativo británico The Times. Además, el número de embargo se incrementó un 12% de julio a septiembre, según los últimos datos publicados. Como en España, la crisis económica ha puesto en apuros a muchos británicos que son incapaces de cumplir con sus compromisos crediticios.
De acuerdo con su informe, al menos unas 5.000 casas pasan a formar parte del mercado residencial a la semana por la imposibilidad de sus dueños a hacer frente a la letra, una práctica que en España también se produce. Estos datos los reitera el buscador inmobiliario Globrix, que asegura que en la última semana más de 27.000 propiedades pasaron a formar parte del mercado residencial, de las que más de 5.000 son ventas "forzosas".
Como en España, la crisis económica ha puesto en apuros a muchos británicos que son incapaces de cumplir con sus compromisos crediticios. El endureciminento de las condiciones en los préstamos bancarios y el incremento del paro están abocando a muchas personas a una situación insostenible.
Según explica el estudio, muchos bancos están procediendo a cambiar las condiciones de las hipotecas de tipo fijo a tipo variable, lo que ha repercutido negativamente sobre los presupuestos más ajustados, "que les cuesta lidiar con el aumento de las mensualidades", explicó el consejero delegado de la Asociación, Bolton King.
Crece el número de embargos
De hecho, el número de embargos ha repuntado en Reino Unido un 12% en los meses de julio, agosto y septiembre, hasta los 11.300 inmuebles, de acuerdo con los últimos datos publicados por la asociación de prestamistas hipotecarios (CLM, por sus siglas en inglés). Y se espera que a final de año la cifra se eleve a un total de 45.000, lo que supondría incremento del 70% con respecto a 2007.
Además, el informe del consejo muestra que el número de hipotecas atrasadas en el pago un mínimo de tres meses se ha incrementado también de forma notable, hasta un 8%. Por su parte, el de personas que no pudieron hacerlo efectivo tan sólo en septiembre fue de 168.000, con lo que se prevé que a final de año las cifras superen las peores previsiones, que se habían situado en 170.000.