
Hace siete años estalló en Dinamarca una burbuja inmobiliaria. A partir del cuarto trimestre de 2007, los precios de la vivienda en Dinamarca comenzaron a bajar con violencia, llegaron a alcanzar descensos interanuales del -15% en 2009. A día de hoy, tras cuatro recortes consecutivos de los tipos de interés a los depósitos por parte del Banco de Dinamarca, el precio de la vivienda ha alcanzado niveles récord en las grandes ciudades del país nórdico.
Según publica el diario financiero The Wall Street Journal, esto es una clara muestra de las consecuencias que está teniendo las políticas implementado por el banco central para defender su tipo de cambio frente al del euro. Y es que desde que el BCE anunció su último programa de compra de activos, la corona danesa se ha apreciado con fuerza frente al euro, 'obligando' al Banco Central de Dinamarca a intervenir con varias reducciones de los tipos de interés. El organismo se plantea ahora imponer el control de capitales.
A día de hoy, el tipo de interés oficial de los depósitos se encuentra en el -0,75% tras cuatro recortes consecutivos en pocos días. La rentabilidad de los bonos soberanos de Dinamarca es negativa en muchos de ellos, al igual que ocurre con los bonos hipotecarios. El crédito es barato y muchos daneses están aprovechando para invertir o comprar vivienda con una financiación a unos tipos históricamente bajos.
"Tal vez sea positivo en algunos aspectos tener unos tipos de interés oficiales negativos, pero hay una serie de consecuencias derivadas de esta decisión", explica Sune Worm Mortensen, director del área inmobiliaria de Nykredit RealKredit.
Las distorsiones en el mercado inmobiliario son evidentes, aún así desde la máxima institución monetaria del país se asegura que se está haciendo un seguimiento exhaustivo de este mercado para evitar estas distorsiones a la vez que se busca mantener un tipo de cambio estable frente al euro.
En la actualidad, la capital de Dinamarca (Copenhague) se está pagando por 140 metros cuadrados 275.000 dólares más que en 2009. Y es que es en las grandes ciudades donde los precios han alcanzado metas sin precedentes.
La autoridad encargada de la supervisión financiera (FSA) ya ha tomado medidas para evitar que la burbuja prosiga creciendo. Los compradores de vivienda están obligados a depositar un 5% del valor total si quieren acceder a una hipoteca, explican desde la FSA.
Otra consecuencia de las medidas extremas puestas en marcha por el banco central es la erosión del margen que lograban los banco por su negocio tradicional, tomar depósitos y prestar crédito. Algunas entidades se han visto forzadas a trasladar el coste de la liquidez a sus clientes, es decir, que los depositantes remuneren al banco por que éste les guarde el dinero.