Comunidad Valenciana

"No es un tema político, sino de sostenibilidad. ¿Cuál es la alternativa a la cooperación público-privada?"

Alberto de Rosa (Valencia, 1962) es la cabeza visible y principal defensor del modelo de colaboración público privada en materia sanitaria. Ha desarrollado un modelo de gestión propio que hoy es objeto de estudio por parte de instituciones y organismos públicos y privados en todo el mundo. De Rosa, licenciado en Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia, MBA por Esade y máster en Alta Gestión Sanitaria, tiene más de 26 años de experiencia en el sector de la salud. Ha sido gerente de varios hospitales, entre ellos, el de Alzira -el primer hospital público de gestión privada de España, gestionado en régimen de concesión administrativa-. En 2007, se incorporó a Ribera Salud como director general y, en 2013, asumió el cargo de consejero delegado. Ribera Salud -propiedad del grupo estadounidense especializado Centene Corporation y de Banco Sabadell- se enfrenta a la oposición frontal del nuevo Gobierno valenciano, que ha anunciado que no va a prorrogar los contratos de las cuatro concesiones de departamentos de salud gestionados por la compañía, independientemente de sus ratios de eficiencia y calidad asistencial. (Más información en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana).

La Generalitat Valenciana parece no dejar ninguna puerta abierta a la continuidad del sistema de cooperación público-privada en la gestión de hospitales y centros de salud. ¿Cómo afrontan esta situación?

Lo principal es actuar con sentido común. Respetamos a un gobierno democrático y las decisiones que quiera tomar, pero hay que ser conscientes de que no se trata de una cuestión política, ni tampoco de un debate valenciano, ni español; es un problema global de sostenibilidad del sistema sanitario. En todo el mundo desarrollado se están planteando reformas en el sistema de bienestar para hacerlo sostenible, desde Estados Unidos hasta los países del norte de Europa, Europa Occidental y del Este y el Reino Unido. Los propios programas europeos -como, por ejemplo, el Plan Juncker- están primando los modelos de cooperación público-privada. El sistema sanitario, al igual que las pensiones, tiene un problema de sostenibilidad, por la evolución demográfica. La cuestión es cómo podemos hacer sostenible un modelo que es extraordinario. En todo el mundo se está contando con la gestión privada como apoyo y refuerzo del sistema público, para hacerlo viable a largo plazo. Ojalá nos dejasen a los expertos del sector sanitario proponer fórmulas y abrir debates. Ya en 1991, el Informe Abril planteaba la necesidad de introducir flexibilidad, desburocratizar y profesionalizar el sistema. Es triste que tengamos que volver a debates de los años ochenta en el siglo XXI. No hay ningún sector que se gestione igual que hace 40 años. Si no se apuesta por el modelo de cooperación público-privada, ¿cuál es la alternativa? Es fundamental abrir un debate sereno, profundo, en positivo, sobre cómo acometer los grandes retos que tenemos en la sanidad, no sólo valenciana, sino europea, y en el que todos los agentes y expertos puedan sumar. Tenemos la suerte de que, cuando hay un debate profundo sobre este tema, en todo el mundo, siempre está presente, como ejemplo, el modelo de Ribera Salud.La colaboración público-privada en España es algo muy importante, tanto en sanidad como en multitud de sectores, desde la educación a las farmacias. No se entiende que sea un modelo válido para otras actividades y servicios y no para la sanidad. El debate se está centrando en las concesiones sanitarias, pero, ¿qué ocurre con el modelo Muface? Es un modelo sustitutivo, en el que dos millones de funcionarios pueden elegir entre recibir asistencia por parte de compañías de seguros privadas o por el sistema público tradicional. El 85 por ciento apuesta por las compañías privadas y es un privilegio al que no quieren renunciar. Me sorprende que los mismos que critican el modelo concesional, alaben el modelo Muface, que ha sobrevivido a gobiernos de todos los colores durante más de 30 años. ¿Por qué se apoya este sistema para los funcionarios y no para los ciudadanos de Alzira? El objetivo debería ser que todos tengan la posibilidad de elegir.

La consellera de Sanidad, Carmen Montón, afirma que los anteriores Gobiernos autonómicos no cumplieron con los mecanismos de supervisión y control establecidos en los contratos. ¿Qué ha fallado?

La Generalitat Valenciana es nuestro cliente y estamos a su disposición, con la máxima lealtad y dedicación. Pero, desde luego, sí creemos que debe de haber lealtad institucional por las dos partes. Nuestra obligación es explicarle bien cuál es la aportación de valor que hacemos desde nuestro modelo e intentar que lo entiendan, que vean que damos más calidad asistencial a un menor coste. Tanto las auditorías como el seguimiento de los contratos no sólo se están cumpliendo, sino que arrojan unos niveles de resultados y satisfacción muy altos. Así lo ha ratificado, en sus informes, el comisionado de la Generalitat en las concesiones. Desde 2004, participábamos en las auditorías de todos los departamentos de salud y las concesiones siempre quedábamos en los primeros puestos. La Generalitat decidió crear un grupo específico; aparte, no entendemos la razón. Hace menos de un año, se hizo una auditoría de los servicios, en la que obtuvimos unos resultados muy buenos, pero no se ha comunicado. Desde el punto de vista contable, todos los años una gran empresa del sector audita nuestros estados y estos informes se ponen a disposición de la Generalitat. Hemos tenido que aprender a convivir con que se nos cuestione, pese a que nuestro modelo tiene el reconocimiento internacional de instituciones independientes, como Harvard, Berkeley, el Banco Mundial o el Gobierno de Reino Unido -que nos sitúa como ejemplo de buenas prácticas, con los estadounidenses Kaiser Permanente y Clínica Mayo y con el Grupo Apolo, de La India-.

El nuevo Gobierno asumió sus funciones el pasado verano. ¿Han tenido alguna reunión con la consellera para abordar estas cuestiones?

Tendemos la mano a la Conselleria de Sanidad y estamos a su entera disposición para mantener todas las reuniones que deseen. En los contratos se recoge la celebración de comisiones mixtas entre la Conselleria y la empresa concesionaria, con reuniones trimestrales, pero, desde el cambio de gobierno autonómico, no se han celebrado, a pesar de que se lo hemos recordado a la Conselleria. Ese es el lugar adecuado para dialogar sobre todos los temas relacionados con la gestión. En cuanto a las liquidaciones, la responsabilidad de que no se hayan cerrado es de la Administración. Sabemos que se está trabajando para solventar esta situación.

Los contratos de las concesiones sanitarias se han puesta a disposición de los ciudadanos en el nuevo Portal de Transparencia. ¿Cómo valora esta iniciativa?

Cuanta más transparencia y control público, mejor. Valoramos muy positivamente la iniciativa y creemos que debe ir un paso más allá, como ya se ha hecho en otras Comunidades. Poner a disposición del ciudadano no sólo los contratos y documentos administrativos, sino también los resultados de la gestión -ratios económicos, listas de espera, valoración de calidad del servicio...-. Asimismo, creemos que deberían publicarse no sólo los contratos con concesiones sanitarias, sino todos los firmados con organismos y empresas, en todos los ámbitos -seguridad, limpieza, jardinería...-. Desde la autocrítica histórica, creemos que tenemos que esforzarnos en hacer más pedagogía con el ciudadano. Explicarle que la calidad de los servicios prestados en las concesiones es de las mejores de toda España. Al no tener información para comparar, pueden dar como normal el nivel de servicio que reciben, cuando es excepcional. Cuestiones como habitaciones individuales para todos los pacientes, reducir a la mitad el tiempo en lista de espera, anestesia epidural en el 100 por ciento de los partos, entre otras muchas cosas, nos diferencian. Tenemos que trabajar en una comunicación directa con el ciudadano, explicarle las ventajas del modelo y conseguir la credibilidad social. Que el ciudadano tenga mayor criterio para poder valorar y poder decidir cuál es el mejor sistema para él. Además, tenemos más de 6.000 profesionales en plantilla, que sienten malestar por lo que consideran un ataque contra su profesionalidad en muchas declaraciones públicas, y queremos poner en valor su trabajo y su implicación. Pedimos respeto para ellos, y mi obligación y devoción va a ser defenderles.

En 2015, Ribera Salud se hizo con la totalidad de las concesiones de Torrevieja y Elche -en las que tenía como socio a Asisa- y el 96 por ciento de la de Alzira -en la que participaba Adeslas-. ¿A qué respondieron estos movimientos accionariales?

Somos la única compañía española dedicada sólo a la colaboración público-privada, lo que nos distingue del resto. Los accionistas apuestan por el modelo y la gestión, por lo que se ha adoptado la decisión estratégica de reforzarnos en las concesiones. No ha sido una decisión vinculada al contexto político. Ribera Salud nació como socio financiero -los accionistas eran Bancaja y la CAM- en los proyectos, pero, en 2007, se decidió cambiar el papel de acompañante por el de líder. Esta filosofía se ha reforzado con la entrada de los dos socios actuales, Centene y Banco Sabadell, que están muy comprometidos con el proyecto y con su desarrollo. En el caso de Marina Salud -que gestiona el departamento sanitario de Dénia-, no está previsto ningún movimiento, puesto que nuestro socio -la aseguradora DKV- no ha manifestado interés en abandonar o reducir su peso en el proyecto.

Además, estamos estudiando oportunidades en diversas zonas, tanto a nivel nacional como internacional. En estos momentos, estamos en la fase final del diálogo competitivo para asumir la gestión del mayor hospital de gestión público-privada de Europa, en Eslovaquia, con 800 camas. En el Reino Unido, estamos en contacto con varios grupos, buscando alianzas. En Latinoamérica, estamos ya presentes en Perú y Chile, y analizando diversas opciones, también en México y Colombia. En Portugal, hay cuatro hospitales que ya han implantado nuestro modelo. El modelo concesional no es algo cerrado, sino que tiene que adaptarse a las circunstancias. Los problemas son globales, pero la sanidad tiene un importante componente local.

(Más información en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana).

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