
Raúl Aznar (Valencia, 1974), se presenta en Twitter como arquitecto de patrimonios, inversor hasta la médula. En 2002, siendo profesor en Esade (Barcelona), su madre le llamó para que gestionase el patrimonio familiar y, poco después, empezó a invertir en empresas incipientes. "Con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que éramos business angels, porque en 2005 no conocíamos ese término", comenta. Socio director de Aznar Patrimonio, hace 10 días, recogió el premio Mejor Business Angel 2013, que otorga la asociación nacional Aeban.
Cuando empezó, ¿cómo encontraba proyectos donde invertir?
Pues me fui por todas las universidades valencianas, por los institutos tecnológicos, hablé con la banca privada... Además, colaboraba mucho con los CEEI, los centros de empresas innovadoras, y con las universidades, dando ponencias sobre lo que es la inversión y haciendo bolos para captar su interés.
¿Cuál es su balance?
Hacía unos 25 bolos al año, recibo unos 150 proyectos, me entrevisto con 12 e invierto en uno o ninguno al año. En siete años he invertido en nueve proyectos, me han salido mal tres, muy bien uno y en los otros estoy salvando los muebles.
¿Muy bien es que lo ha vendido?
No, que está en una buena valoración, a puntito.
¿Qué debe hacer un business angel si una empresa no va bien?
Pues los años te dan la experiencia. En los primeros proyectos, un business angel se emociona e invierte mucho dinero y tiempo. Cuando ese proyecto va mal, como te has jugado mucho, requiere que te remangues para intentar enderezarlo. Con los años, uno se da cuenta de que tiene que hacer lo contrario, invertir poquito dinero y tiempo en muchos proyectos, de tal manera que aquellos que vayan bien los potencies y si van mal no te pese. Ahora estoy dedicando un 80 por ciento de mi tiempo a los proyectos que van mal y un 20 a los que van bien. Debería ser al contrario.
¿Qué es lo que más descartes de emprendedores provoca?
El emprendedor, cuanto más cerca esté del mercado, mejor. Si tiene un producto desarrollado, que esté facturando y haya demostrado que es un proyecto viable, puede ser invertible. Ese es el primer error que se comete, tener una idea e ir a buscar un business angel. Nosotros no compramos ideas, invertimos en proyectos empresariales. De los 150 que recibo, 100 ya se van por el aire por no estar cerca del mercado. El segundo motivo es el equipo emprendedor. Una persona o un equipo que quiera emprender deben saber de empresa, saber leer un balance, lo que es un consejo de administración. ¿Qué ocurre? Que muchos son ingenieros que no se han preparado para emprender. Es importante que se formen o que busquen en su equipo a alguien que tenga esa faceta, porque el inversor no va a hacer de director financiero o de director comercial.
Cuando vuelva el crédito, ¿los emprendedores volverán a los bancos o seguirán recurriendo a ustedes?
Nunca hubo crédito para los emprendedores, a no ser que tuvieras tu casa y la hipotecases. Nunca, al comienzo de un proyecto empresarial, un banco le daba a un emprendedor un crédito. Ahora empiezan a crear líneas para emprendedores. Al dinero del business angel se le llama inteligente, porque lleva aparejado no solo un desembolso económico, sino una red de contactos, una introducción de criterios de gestión, un control, un plan estratégico... Es un dinero que aporta algo más que lo que pueda aportar una entidad financiera. Y la obligación de retorno va solo en función de los dividendos y de la posible venta de la empresa. No creo que el emprendedor vaya a preferir ir a las entidades financieras.
¿Están satisfechos con la Ley del Emprendedor?
No creo que vaya a promover el emprendimiento. Es una buena publicidad para el emprendimiento, pero falta mucho recorrido. En ventajas fiscales, por ejemplo.