
La inmobiliaria Urbem ha sido el centro de una batalla accionarial entre la familia Pastor e Inversiones Mebru, controlada por Cleop, a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo. Su fundador y administrador, José Pastor, se mantiene al frente de una de las pocas empresas del sector inmobiliario que mantiene el tipo, sin ocultar que lo pasa mal.
¿Está cerrado el contencioso sobre el control accionarial de Urbem?
Está cerrado, salvo que nos presenten más demandas, que siempre es posible.
Cleop insiste en que se puede ejecutar la sentencia del Supremo que le permitía tomar la mayoría.
La sentencia no es ejecutable, porque es declarativa. Declara nulas unas acciones que hicimos en su día, con devolución de dinero. Nosotros la hemos cumplido, Urbem ha devuelto el dinero a Regesta Regum, y ellos tuvieron 15 días, más el tiempo que ganaron haciendo una consulta al Supremo, y no han ingresado el dinero. Como no lo han hecho, el turno ha corrido, porque en la ampliación había tres turnos, y en el tercer turno hemos ampliado nosotros.
La sentencia llegó cuando estaban negociando la salida del capital de Cleop.
Prácticamente estaba cerrado el tema. Lo que ocurrió es que el Banco de Valencia tenía que financiar una parte importante de la operación y no se si en aquel momento lo estaba interviniéndolo ya el Banco de España, pero el caso es que no dio la financiación, y al no darla, se estropeó. Ya teníamos divididos unos activos que les entregábamos y a cambio ellos tenían que darnos una financiación, pero al no darla el banco no se hizo.
¿Se podría retomar?
Nosotros siempre estaríamos por la labor de separarnos, pero yo creo que, ahora, con ellos en una situación de preconcurso es prácticamente implanteable.
Urbem anunció beneficios en 2010. ¿Qué tal en 2011?
Va a quedar muy equilibrado, con unos pequeños beneficios o unas pequeñas pérdidas, porque todavía estamos debatiendo entre los auditores y los contables.
¿Cómo fue la venta de pisos?
Muy mal. Lo que estamos haciendo es alquilar. Viviendas hemos vendido muy pocas. Lo que nos mantiene vivos son plantas bajas en renta que estamos vendiendo a inversores que buscan rentabilidad. Eso es lo que nos está manteniendo en el mercado, porque si no, estaríamos bastante peor.
De construir, ni hablamos.
En absoluto. Nos lo planteamos en 2011, frente al nuevo hospital La Fe. Iniciamos una promoción, hicimos publicidad, pusimos una caseta de ventas y llenamos el solar de banderitas, pero de 120 viviendas vendimos ocho. Devolvimos el dinero y lo hemos paralizado todo. A final de 2012 volveremos a intentarlo, y si en lugar de ocho vendemos 60 o 70, haremos el edificio. Puntualmente siempre hay necesidad de viviendas en determinados sitios, como frente a La Fe, pero en esta situación de pavor, de miedo, ni siquiera los que trabajan en el hospital, que ganan un sueldo seguro, se atreven a comprar.
¿Ha tenido que refinanciar deuda?
Hasta ahora no hemos refinanciado nada y hemos pagado todos los recibos que nos llegan, pero ahora sí vemos que a medio plazo podemos necesitar una pequeña ayuda y estamos hablando con los bancos.
¿Qué deuda tiene Urbem?
Unos 70 millones, la mayoría a largo plazo. Los bancos nos están recibiendo muy bien y creo que vamos a firmar con mucha suavidad y sin ningún problema. Aunque, si en ocho o nueve meses no pudiéramos refinanciar, igual tendríamos que ir a un concurso de acreedores. Pero no creo que sea el caso.
¿Qué le parece que los bancos tiren los precios de los pisos?
Es inevitable. Si tienen miles de inmuebles, no tienen más remedio que venderlos. Es evidente que nos hacen un daño, pero no nos vamos a quejar de una cosa que es inevitable.
¿Le parece un buen momento para aprovechar estas gangas?
Es el mejor momento de la historia. El problema es que la gente sigue teniendo miedo, incluso el que tiene dinero. Warren Buffet ha dicho que el mejor negocio en este momento es comprar viviendas.
¿Qué se puede hacer para desatascar el sector inmobiliario?
No es un problema del sector inmobiliario, es general, el sector depende de la economía general. Si la gente tiene confianza y un puesto de trabajo, y ve que si lo pierde enseguida encuentra otro, las viviendas se van a vender, porque necesidades de vivienda hay.
No basta con bajar los precios...
No. El año que todos los agricultores hacen patatas y sale muy buena cosecha, se abaratan y las que sobran se pudren, y ahí es donde De Guindos está equivocado completamente porque cree que con los pisos es igual. Piensa que si los pisos bajan de precio y se venden el mercado se reactivará y se volverá a construir, pero esto es absurdo, porque las patatas se pudren pero los pisos no. El señor Botín ha vendido en Seseña 500 pisos a 60.000 euros para quitárselos de encima, pero, ¿quién los ha comprado? Pues gente que los quiere vender por 120.000, es decir, que el producto sigue a la venta en el mercado. Hasta que esto no se purgue, se reactive la economía y haya necesidad de viviendas no se va a arreglar.