
El Ministerio de Fomento está decidido a ayudar al tren a ganar terreno al camión en el transporte de mercancías. No en vano, en España sólo el 5% de las mercaderías usan el sistema ferroviario para viajar de un lado a otro frene al 17,3% de media de la Unión Europea y el 95% que opta por la carretera en nuestro país.
Un "desequilibrio" en el reparto modal que el departamento que dirige Íñigo de la Serna busca revertir con un ambicioso plan de actuación que pivota sobre tres pilares: ayudas al sector, mejoras de las vías ferroviarias y la transformación y crecimiento de Renfe Mercancías.
Por un lado, el ministro ha anunciado un plan de ayudas al transporte de mercancías por ferrocarril de 25 millones al año durante un lustro (unos 125 millones en total) para incentivar el uso del tren entre las empresas. De esos 25 millones, 2,5 millones irán destinados a subvencionar los cánones ferroviarios para que sean más accesibles y ganar competitividad; 11,25 millones se repartirán entre las empresas ferroviarias y otro 11,25 millones para los operadores logísticos interminables.
Las ayudas, que estarán disponibles a partir del segundo semestre de 2018, suponen el 50% de los externos evitados por el ferrocarril de mercancías y respetan el límite del 30% de los costes totales del sistema. Las subvenciones son compatibles con la legislación comunitaria, según explicó De la Serna, y buscan "reducir las externalidades negativas del transporte de mercancías e incrementar la cuota intermodal del ferrocarril". Para que las ayudas lleguen a las empresas ferroviarias y logísticas tienen que ser aprobadas por el Consejo de Ministros.
Más allá de las ayudas para hacer atractivo el uso de tren, el ministerio está potenciando la interconexión ferroviaria con los Puertos y mejorando las vía convencional para reducir los tiempos de viaje. Por ejemplo, se va a invertir 313 millones en mejorar la línea que une Sagunto y Zaragoza para seguir implementando su uso y capacidad con más velocidad y huecos.
Compra de locomotoras
La tercera pata del plan es la reestructuración y potenciación de Renfe Mercancías, que pese a los esfuerzos no podrá cerrar el año en benéficos, tal y como estaba previsto, porque no se ha llevado a cabo el plan de venta de locomotoras. Así cerrará 2017 con unas pérdidas de 21 millones, frente a los 35 millones negativos de 2016, y un ebitda de menos 1,6 millones de Euros frente a los 14,2 millones en rojo de un año antes, lo que implica una fuerte mejora por la reducción de los costes y el aumento de los ingresos y la actividad del 3%. Venia de acumular caídas del 25%.
El grupo quiere deshacerse de unas 80 locomotoras que ya no les sirven para sus planes operativos y objetivos de descarbonización lo que implica reducir el parque a las 257 locomotoras. Un número "insuficiente" para abordar las necesidades del sector y los planes de crecimiento de la filial, explicó De la Serna. Por ello, la compañía va a licitar el año que viene la compra de entre 30 y 45 locomotoras nuevas por más de 100 millones de euros. El plan es que se incorporen al parque entre 2020 y 2023.
Mientras tanto, el grupo seguirá avanzando en el plan de saneamiento (prevén ganar dinero en 2019) y en el de fusión con una empresa privada del sector logístico o naviero para potenciar la internacionalización, la competitividad y el crecimiento interno. Para ello, mañana lanzan una licitación para contratar un asesor que les ayude a buscar al socio ideal y les guíe en la creación de la nueva empresa semipublica que nazca de la fusión.