
"La normalidad" y "la calma" han reinado en los puertos españoles durante la primera jornada de huelga de las ocho convocadas por los estibadores, ha destacado el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. Según arrojan los primeros datos, los trabajadores portuarios han cumplido con los servicios mínimos e, incluso, han mantenido la productividad ya que han acelerado los ritmos de trabajo durante las horas operativas. "Ha habido más movimientos por hora que en un día de paros encubiertos y selectivos", aseguran fuentes portuarias.
Aunque la jornada ha transcurrido con cierta paz (ha habido "incidentes aislados" en Motril y Ferrol) lo cierto es que la huelga, que ha tenido un seguimiento de casi el cien por cien, ya está empezando a pasar factura a los puertos más conflictivos, como el de Algeciras, que tiene su actividad parada. Y es que, la naviera Maerks, dueña de la terminal APMT Algeciras, ha decidido cambiar el puerto gaditano por Tánger. En concreto, estaba previsto que su buque más grande, el Madrid Maerks, descargara en Algeciras el viernes pasado pero, finalmente, desvió su ruta a TangerMed y el sábado llegó a España a recargar combustible. Según la página web de la naviera danesa, este lunes estaba previsto que el MSC Ilona llegara al puerto gaditano pero cambió su ruta y descargó los contenedores en Sines (Portugal). La historia se repite con el buque SL Illinois que "omitirá APMT Algeciras" y realizará la carga y descarga en Barcelona este martes. En mayo, APM sufrió cuatro cancelaciones (varios fueron a Malta). Por su parte, la terminal TTI de Algeciras, que es semiautomática, recibió un buque.
En cuanto a Barcelona, el lunes era festivo en la Ciudad Condal, por lo que ya estaba previsto que hubiera poca actividad y varios barcos retrasaron su llegada. La próxima jornada de huelga será el miércoles pero los sindicatos ya han convocado una asamblea para este martes que paralizará los puertos una hora.
Aunque los paros meten presión y amenazan a la economía, la industria española ha tomado medidas para afrontar las primeras huelgas. En las últimas semanas de mayo, la industria química ha elevado entre un 20 y un 30% los ritmos de exportación e importación para cumplir con sus clientes y asegurar los avituallamientos para producir. Según explican desde Feique, la industria ha puesto en marcha una serie de planes de contingencia que les permitirá operar con normalidad durante dos semanas aunque los puertos se paren, pero si las huelgas se alargan y los paros se complican, habrá problemas. En esta línea, desde Seat han explicado que la incertidumbre en los puertos les ha llevado a reajustar la operativa de su logística para adelantar los envíos y aumentar las exportaciones de cara a tener hueco para almacenar coches si la huelga se dispara. Desde la patronal de alimentación Fiab dicen que las empresas habrán tomando medidas.
A menos que las cosas cambien mucho, el conflicto de la estiba está lejos de encontrar una solución. Las posturas están muy enfrentadas porque los estibadores están pidiendo cosas que, según PIPE, están "fuera de la ley" y se niegan a "negociar aumentos de la productividad". "Quieren que se mantenga el modelo de la Sagep y controlar la mano de obra y eso ya no lo permite la ley. Las empresas quieren meter a los trabajadores dentro de su organización, como cualquier empleado más, y los sindicatos se niegan", aseguró José Luis Almazán, presidente de PIPE, la asociación de inversores portuarios.