
En septiembre 2016, cuando Apple lanzó sus auriculares inalámbricos AirPods, la compañía se posicionó en un futuro sin cables. Phil Schiller, vicepresidente de la compañía explicaba que no tenía sentido "atarnos con cables a nuestros dispositivos móviles", mientras que Jony Ive, vicepresidente senior de diseño de la compañía, auguraba que Apple "cree en un futuro inalámbrico".
Tras los AirPods, Schiller presentó en la keynote de septiembre de 2017 la posibilidad de carga inalámbrica en el iPhone X, 8 y 8 Plus, un avance en el sistema de recarga de los dispositivos de Apple. Sin embargo, la compañía desveló entonces la llegada de la AirPower, una base de carga que permitiría cargar de forma inalámbrica hasta tres dispositivos a la vez (iPhone, Apple Watch y AirPods)
El lanzamiento del dispositivo se ha ido dilatando en el tiempo, tanto que todo apunta a que será en septiembre , un año después de la presentación, cuando podrá comprarse la AirPower.
Según explica Bloomberg, la producción de esta base de carga por inducción ha sufrido una serie de obstáculos técnicos que han derivado en una serie de desafíos adicionales de la cadena de suministro lo que ha obstaculizado el lanzamiento de productos en los últimos años, lo que ha ralentizando la estrategia inalámbrica global de la compañía.
Según ha revelado un directivo de un fabricante de este tipo de accesorios para Apple, ha explicado al medio que uno de los problemas principales podría residir en que el mecanismo de carga multidispositivo es difícil de construir porque probablemente requiera componentes de carga de diferentes tamaños para los tres tipos de dispositivos, lo que podría suponer una superposición de tamaños en la propia base de carga.
Sin embargo, la AirPower no será una base de carga inalámbrica más. Y es que el sistema que prepara la compañía incluirá un chip personalizado que ejecuta una versión reducida del sistema operativo iOS para realizar la administración de energía en el dispositivo y el emparejamiento con dispositivos. Es por ello, que los ingenieros de Apple también habrían estado trabajando para eliminar errores relacionados con el firmware.