
Telefónica mostrará interés por las oportunidades que puedan surgir en el mercado brasileño, a pesar del proceso de reducción de deuda en el que ahora se encuentra la multinacional. Ante la expectativa de un posible troceo de los activos del operador brasileño Oi, el grupo español pondrá todo su empeño por participar en los eventuales repartos de infraestructura o de espectro radioeléctrico que pudieran producirse.
Así lo ha reconocido al periódico Globo el futuro presidente de Telefónica Brasil, Eduardo Navarro, quien tomará el mando de la filial el próximo enero. El mismo directivo mostró su cautela ante esos posibles movimientos, puesto que "antes hay que esperar a que Oi resuelva su vida".
En la actualidad, Oi atraviesa una severa crisis que le condujo el pasado junio a la declaración la suspensión de pagos. La deuda del grupo supera los 19.000 millones de dólares (17.200 millones de euros) sin que existan recursos capaces de reducir dicho lastre... salvo que opte por liquidar sus negocios.
El interés de Telefónica por los activos de Oi se remonta a casi tres años atrás. Fue en diciembre de 2013 cuando se especulaba con un reparto equitativo entre los tres principales operadores brasileños (Vivo, Telefónica), Claro (América Móvil) y TIM Brasil (Telecom Italia). Para ello, una sociedad instrumental adquiriría Oi para luego distribuir sus activos a tres bandas, cumpliendo todas las exigencias regulatorias, sin riesgos de confrontación y sin ventajas de unos sobre otros.
El mayor mercado latinoamericano de las telecomunicaciones es un caso especial para el grupo español. La feroz competencia con Claro, propiedad del magnate Carlos Slim, y el liderazgo de Telefónica en dicha región son elementos que animan a la teleco española a considerar "estratégica" cualquier actuación en la zona.
Tanto Vivo Telefónica como Claro y TIM Brasil están pendientes de conocer qué activos se ponen en venta y en qué condiciones para crecer en aquel mercado. Los tres operadores consideran improbable -por motivos de competencia- que se produzca una consolidación de la compañía por parte de uno solo de sus rivales. Sin embargo, en las últimas semanas ha ganado fuerza la posibilidad de una venta troceada de los negocios de telefonía fija, móvil y centros de datos. Entre los principales acreedores de Oi destaca el Gobierno brasileño, lo que confiere al Ejecutivo ahora presidido por Michel Temer de un considerable poder de decisión en el futuro de la compañía.
Oi es el cuarto operador de móvil de Brasil, con un 19% de cuota de mercado en número de conexiones (47,6 millones), por detrás de Vivo, Claro y TIM Brasil.
Congelará inversiones
Según las declaraciones a la prensa local, el futuro gestor de Telefónica Brasil adelantó que las inversiones previstas por su grupo para el próximo año alcanzan los 8.000 millones de reales (alrededor de 2.200 millones de euros), una cifra similar a la que se destinará este año. De ese importe, el 90% se dedicará a la ampliación y modernización de las redes de alta capacidad, tanto móviles como fijas, con despliegues de nuevas antenas de telefonía y de conexiones de fibra óptica.
Por otra parte, Telefónica Brasil tiene previsto importar la estrategia comercial que lleva desarrollando la filial española desde hace tres años en su mercado doméstico. Se trata de proponer ofertas convergentes, integradas por paquetes de telefonía fija, móvil, acceso a Internet y televisión de pago. Por todo lo anterior, la posibilidad de reproducir el modelo español de Fusión en el mercado brasileño ya está al alcance del grupo después de la compra de GVT, compañía de televisión por cable.
El propio operador informó la semana pasada, con motivo del relevo en la presidencia del grupo (con la entrada de Eduardo Navarro en sustitución de Amos Genish), del inicio de "una nueva etapa para Telefónica Brasil", tras culminar la primera fase del proceso de integración con GVT, realizada desde la aprobación de la adquisición hace casi año y medio. "Durante este periodo se ha fortalecido el posicionamiento competitivo y el liderazgo de Telefónica Brasil en el país, que se traduce en un desempeño por encima del mercado de las principales variables financieras (ingresos, oibda y generación de caja libre), así como elevados niveles de calidad", según explicó Telefónica.
En espera de los resultados del tercer trimestre, el negocio de Telefónica en Brasil se encuentra afectado por el complicado entorno macroeconómico del país, agravado por la presión regulatoria. En este último caso, Vivo ha sufrido en sus cuentas la reducción generalizada de las tarifas aplicada el pasado febrero: interconexión móvil, con rebajas del 33,8%; minorista fijo-móvil, con caídas de precios del 20,6%; telefonía fija local, con ajustes del 65,9% y fija interurbana, con descuentos del 21,3%.
Pese a lo anterior, la estrategia del operador se centra en incrementar la penetración de los servicios de valor y la calidad, así como en la captación de sinergias y eficiencias. Según datos de la empresa actualizados al pasado 30 de junio, Telefónica Brasil gestiona 97,1 millones de accesos, un 9% menos que doce meses atrás, debido a los ajustes en la contabilidad de los accesos de prepago, que provocaron una reducción en el número de líneas móviles del 11% (73,3 millones) en términos interanuales.