
Nos hemos acostumbrado a que sobre nuestras cabezas, cada pocas horas, pasen volando un puñado de astronautas que trabajan en la estación espacial internacional. Pero esta instalación, promovida con fondos públicos, es sólo el principio de una nueva era de exploración espacial en la que tendremos que acostumbrarnos a que el número de empleados en órbita crezca, al menos, hasta los 1.000.
Ese es el objetivo y la estimación, para 2045, de la United Launch Alliance, la empresa conjunta que agrupa a las estadounidenses Lockheed Martin y Boeing, y que actualmente y frente a empresas más novatas como SpaceX, ofrece la mayor capacidad para enviar carga al espacio con los cohetes Atlas y Delta.
La iniciativa "Cislunar 1.000 Vision" plantea un negocio completo para transportar mercancías entre la Tierra y la Luna, y crear minas en ésta última que sirvan para proporcionar combustible, como informa Space.
El ciclo de la carga espacial así planteado sería el siguiente: un sistema como los ya existentes la elevaría a una órbita baja (similar a la de la Estación Espacial o la de algunos satélites). Desde allí, un sistema de cohetes denominado ACES (Advanced Cryogenic Evolved Stage) la transportaría hasta el punto denominado L1 (en términos simples: a medio camino entre nosotros y nuestro satélite natural).
Allí un tercer sistema, bautizado como XEUS permitiría alunizar y volver a despegar desde la superficie lunar. La principal novedad de este sistema es que tanto ACES como XEUS alimentarán sus motores de materiales extraídos de la superficie lunar.
La clave del sistema es que es mucho más barato obtener combustible (agua) en la Luna y, si es necesario, acercarlo a una órbita cercana a la Tierra, que enviarlo desde aquí para usarlo allí. De hecho, la ULA incluso ha propuesto un precio a sus proveedores (otras empresas que se especializarán en la minería): unos 3.000 dólares por kilo en órbita terrestre, y apenas 500 dólares por kilo en la superficie lunar.
Minería espacial
Los expertos creen que esta especie de gasolinera espacial permitirá sostener una población de hasta 1.000 personas (incluyendo las que residan en la Luna), e incluso crear un ecosistema financiero que permita a las empresas pronosticar los precios del combustible en un mercado de futuros similar al que ya existe aquí abajo.
"Tener una fuente de combustible en el espacio beneficia a todos. Lo mejor de todo es que, una vez que tienes esta cadena de suministro funcionando en una órbita baja, puedes hacer realidad muchos otros planes de negocio, ya sean para la Luna, o más allá", explica George Sowers, vicepresidente de programas avanzados de ULA.