Tecnología

Samsung, Lenovo y LG exploran el futuro filón de las pantallas flexibles

Las pantallas flexibles son la nueva gran promesa del mercado, una tecnología que dará mucho que hablar en los próximos años y que promete facilitar la vida a los usuarios de forma extraordinaria. Consulte más información en la revista elEconomista Tecnología.

En enero de 2013, en el CES de las Vegas, Samsung se convirtió en la gran estrella de aquella feria al mostrar el primer móvil con pantalla flexible visto hasta la fecha. Stephen Woo, presidente de la división de Soluciones de Negocio de Samsung Electronics, no desveló plazos de comercialización ni otros detalles, salvo que el departamento de innovación y desarrollo de la compañía surcoreana trabajaba entusiasmada en el proyecto.

Esa patente de Samsung se bautizó Youm y su gran mérito residió en su carácter pionero. Todos aquellos desvelos comienzan a salir ahora de los laboratorios con prototipos que conviene verlos para creerlos. Entre otros logros, la tecnología permite enrollar el display como si fuera un cilindro o modelar su forma con absoluta naturalidad. No se rompe, arruga ni se dobla. Se guarda en el bolsillo y su finura no tiene competencia. La ocurrencia sirve para los móviles, pero también para todo aquello que incluya una pantalla: desde tabletas a televisores, pasando por móviles y relojes inteligentes, entre otros gadgets.

Samsung 'atacará' en 2017

Los diseñadores e ingenieros se esfuerzan para crear pantallas flexibles que romperán los moldes conocidos. Cuentan que este tipo de ingenios serán la gran atracción del próximo Mobile World Congress (MWC), con aportaciones de Sam-sung, Lenovo y LG, entre otros. En concreto, la rumorología que suele acompañar este tipo de innovaciones asegura que Samsung trabaja en dos modelos diferentes.

Uno de ellos podrá doblarse por la mitad, algo que recuerda a los legendarios móviles de tipo concha de finales del siglo pasado; y otro consistiría en un smartphone de cinco pulgadas que podría desplegar su pantalla hasta las ocho pulgadas, para así convertirse en una minitableta. Además, existen otros prototipos que permiten a un smartphone desenrollar parte de la pantalla en sentido vertical, para casi duplicar la superficie.

En la última conferencia Tech World, celebrada recientemente en San Francisco, Lenovo presentó en sociedad un teléfono flexible -llamado Cplus- que todavía no tiene visos de meterse en producción. Pese a ello, se trata de un smartphone que se puede curvar hasta convertirse en una pulsera o reloj gigante. El dispositivo, que conviene no perder de vista, luce una pantalla flexible de 4,26 pulgadas, con sistema operativo Android.

Atentos a Moxie Group

La empresa china Moxie Group, con sede en Chongqing, marca el camino a seguir en el joven negocio de las pantallas flexibles, ya que lanzará este mismo año su primer smartphone completamente dúctil. Entre otros detalles, el dispositivo podrá convertirse en un brazalete y su precio rondará los 520 dólares.

El prodigio dispondrá de una pantalla ultrafina de grafeno de gran flexibilidad. Además, incluirá una tecnología de tinta electrónica en blanco y negro que abaratará mucho los costes de fabricación.

Por su parte, la empresa británica Flex Enable convirtió sus pantallas flexibles y enrollables en una de las grandes atracciones del pasado Mobile World Congress. Se trata de una tecnología LCD capaz de imprimirse en el mismo plástico que utilizan las botellas de agua convencionales, el politereflalato de etilno (PET). Por lo tanto, es un material irrompible, ligero, muy fino y barato.

Con más diez años de experiencia en desarrollos tecnológicos, la firma Flex Enable acudió a la feria barcelonesa con el objetivo de atraer la atención de las grandes compañías del sector. De hecho, las intenciones de la empresa, según reconocieron sus directivos a elEconomista.es, no pasan por comercializar directamente su prototipo de forma individual, sino que esperaban ponerlo muy pronto al alcance de toda la industria.

Gracias a esta patente, las pantallas curvas de algunos móviles y televisores podrían prescindir de sus carcasas y cristales para dar paso a displays flexibles capaces de enrollarse en un bolígrafo, por ejemplo, y desplegarse en generosas dimensiones, así como ofrecer una calidad de reproducción de imagen que poco tendría que envidiar a la que ofrecen los dispositivos convencionales.

El pasado enero, LG lució en la última edición del IFA berlinés un panel OLED flexible de 18 pulgadas y apenas tres milímetros de grosor, capaz de abrir un mundo de posibilidades a la televisión del futuro. El padrino de la innovación fue Ching Tang, considerado el padre de OLED. El también profesor de la Universidad de Rochester en Nueva York y de la Universidad de Hong Kong de Ciencia y Tecnología explicó que en el futuro inmediato dispondremos de pantallas flexibles en las ventanas, en las mesas de escritorio e incluso en las paredes.  "Los OLED pueden tomar cualquier forma, son flexibles y pueden ser transparentes, por lo que hay un potencial real para la realidad aumentada en el futuro". De la misma forma, el experto sugirió que dentro de poco tiempo resultará habitual doblar la pantalla para guardarla en el bolsillo.

Por todo lo anterior, y entre otras aplicaciones, las nuevas generaciones de pantallas flexibles y transparentes permitirán convertir el parabrisas de las próximas generaciones de coches inteligentes en pantallas gigantes siempre encendidas e interactivas.

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