
Los dos principales operadores españoles de telefonía móvil han encarecido el coste de establecimiento de llamada en idéntico porcentaje, el 10,19%, en tarifas actualmente contratables.
Tras más de ocho años de tarifa congeladas, el primer movimiento en esta dirección lo realizó Movistar el pasado febrero, cuando incrementó de 18,15 céntimos a 20 céntimos (impuestos incluidos) el importe de cada comunicación movil cada vez que el receptor acepta la llamada, siempre referido a aquellas tarifas que no incluyen comunicaciones móviles ilimitadas ni bloques predeterminados de minutos (Vive 12 y Vive 25).
Apenas dos meses después de la subida de precio de Movistar, Vodafone ha sorprendido al elevar el importe del establecimiento de llamada de su móvil con el mismo porcentaje que su rival, el 10,19%, pasando igualmente de 18,15 céntimos a 20 céntimos, en sus nuevas tarifas.
El mismo precio del establecimiento de llamada es el que factura Ono una vez superado los minutos incluidos en la cuota mensual. Por su parte, la gallega R Telecomunicaciones carga con 19 céntimos cada vez que se establece una llamada de movil ajena a las tarifas ilimitadas de voz o bloques de minutos.
Orange, Yoigo, MásMóvil, Pepephone y Euskaltel no han seguido los pasos de sus competidores, conservando la tarifa de 18,15 céntimos tradicional del sector. No obstante, estas compañías no han convertido este factor diferencial favorable al consumidor en un argumento comercial, lo que invita a pensar a algunos analistas que este coste podría encarecerse más pronto que tarde.
Fuentes de Orange han precisado a elEconomista que el precio de "su establecimiento de llamada se fija en 18,15 céntimos, salvo en las tarifas descatalogadas y aun con clientes como Delfín 12, Ballena 22 y Ballena 23". Tanto la tarifa Tucán como la nueva Colibrí mantiene dicho importe en 18,15 céntimos con impuestos, precio que también afecta en los casos de llamadas que se realizan una vez superadas los límites de los bloques de minutos de voz contratados.
En octubre de 2007, el entonces organismo responsable de Competencia, la CNC, abrió un expediente sancionador a Movistar, Vodafone y Orange por presunta infracción al elevar sus tarifas de forma coincidente que aquel año justo tras la entrada en vigor de la ley que suprimía el redondeo y obligaba a las compañías a la tarificación por segundos. Fue en marzo de 2007 cuando las tres compañías líderes del mercado incrementaron sus tarifas de 12 a 15 céntimos, sin incluir impuestos. Sin embargo, dicho expediente quedó finalmente sin sanción cuando el mismo árbitro de la competencia consideró acreditado que no existió concertación en los precios entre los tres grandes del sector.