
Después de que el Concorde fuese enviado al desguace hace ya más de diez años, viajar por el aire volvió a ser cosa de echar horas. Muchas horas.
Richard Branson, el carismático empresario fundador de la marca Virgin, quiere revivir ahora el sueño de volar más deprisa. Y lo hace por la puerta grande, asegurando que su compañía calcula que sería posible cubrir la ruta entre Nueva York y Tokio en sólo una hora, tal y como informa Business Insider.
Eso son 12 horas menos de las que se suele tardar entre Manhattan y Japón, a una media de 30.500 km/h. Así que ni hablar de usar la aeronáutica convencional.
El atajo en el que está pensando Virgin Galactic es más o menos el mismo que el de los misiles balísticos intercontinentales: salir de la atmósfera y coger la autopista orbital.
"No es sencillo, pero es factible, definitivamente", asegura Branson, que reconoce que la idea está en pañales pero que espera verla puesta en marcha antes de morir (ahora tiene 63 años).
Probado con éxito
De momento, su peculiar compañía de transportes sigue quemando combustible (y dólares). El pasado mes de enero, Virgin Galactic consiguió completar con éxito su tercer vuelo por encima de la barrera del sonido, aunque de momento sin salir de la atmósfera.
Fueron apenas 12 minutos de vuelo en solitario del VSS Enterprise, el primero de una flota de cinco cohetes, a una altitud 71.000 pies (21.600 metros) y a una velocidad de 1,4 Mach (los aviones convencionales vuelan en torno a 0,85).
Los resultados de las pruebas demuestran que Virgin sigue adelante con su plan, así que Branson podría cumplir su deseo antes de dejar este mundo.
Quienes sientan el mismo anelo que el emprendedor británico, sin embargo, deberán preparar la cartera. El billete para un avión (más bien un cohete) con sólo seis pasajeros será necesariamente caro.