
Mark Zuckerberg no es un tipo que caiga generalmente bien, como han confirmado algunos de los que trabajaron con él en sus primeros pasos como creador de la red social Facebook. Y es que ni su carisma ni sus acciones han ayudado a hacerle popular. Ahora, una nueva y anecdótica circunstancia personal le ha granjeado un nuevo e inesperado enemigo: la república islámica de Irán.
Los ayatolás acaban de prohibir el uso de Whatsapp en su territorio con una alambicada argumentación: puesto que WhatsApp es propiedad de Facebook, y dado que su fundador y consejero delegado, Mark Zuckerberg, fue educado en el rito judío y tiene la ciudadanía estadounidense, es indudable que la aplicación de mensajería instantánea es obra de un americano sionista.
Fox News cita al máximo responsable del gráficamente denominado como Comité de Crimes en Internet, Abdolsamad Khorramabadi, que señala que la razón para prohibir WhatsApp "es su absorción por el fundador de Facebook, que es un americano sionista".
Paradójicamente, el uso de Facebook sigue siendo legal en Irán y, de hecho, destacados dirigentes del régimen han venido usando esta plataforma y Twitter para difundir los mensajes oficialistas, entre ellos el 'extremista moderado' y presidente del país, Hassan Rouhani.
Más allá de la peregrina justificación ofrecida por la república de los ayatolás, son muchos los que relacionan esta decisión con los intentos más recientes de los mandatarios por controlar la expansión y el uso de las redes sociales tras las revueltas de 2009, y anticipan así nuevas prohibiciones en los próximos meses (de Viber, Tango e Instagram, entre otros), mejor o peor justificadas que la de Whatsapp.