
Italia ha aprobado el llamado "impuesto Google", una tasa publicitaria en el que exige a las empresas italianas comprar la publicidad online en empresas del país, y no en empresas que puedan tener sus sedes fiscales en lugares como Luxemburgo o Irlanda.
El impuesto ha provocado cierta controversia de la Unión Europea pues ha sido tomado como discriminación sobre la actividad comercial y, según los abogados especializados, esta ley acabará siendo objeto de demandas legales.
"La libertad de la web no significa libertad para no pagar impuestos", dijo el diputado oficialista Francesco Boccia, impulsor de la medida y presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja.
Aunque los detractores del proyecto dicen que probablemente éste viole la legislación de la Unión Europea, sus defensores han dicho que recaudaría al menos 1.000 millones de euros (1.370 millones de dólares) al año para un país que lucha por reducir su deuda, la segunda más elevada del bloque regional después de Grecia.