El planteamiento de resolución de la crisis en Chipre (con pérdidas considerables para los acreedores bancarios) ha hecho que los actores del mercado se centren en economías pequeñas y abiertas de la Eurozona con enormes centros financieros. Malta es de particular interés por ser un estado miembro relativamente inmaculado, con un paraíso bancario internacional financiado principalmente mediante depósitos. El país no parece presentar los mismos problemas de calidad de activos que sus colegas chipriotas. Además, el sistema financiero maltés tiene un aire mucho más internacional, con mayor diversidad de titularidades que los bancos chipriotas, lo que sugiere unos pasivos contingentes menores para el soberano maltés y vínculos más fuertes con los principales estados miembros de la Eurozona. Comparada con Chipre, la economía maltesa parece relativamente estable, con un crecimiento que podría expandirse modestamente en 2013 y 2014, dando apoyo al sector bancario.
Por Jennifer Kapila, Evghenia Sleptsova, Rachel Ziemba y Christian Odendahl.
