Confían en la solvencia "holgada" de los bancos y en que no se agrave la crisis periférica, pero recomiendan vender todo salvo Santander, BBVA, CaixaBank y Banesto.
Cada vez hay más voces que alertan de los grandes problemas que tiene la banca europea para financiarse, pero el mercado interbancario sigue sin funcionar. Primero fue la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien advirtió de la necesidad urgente de recapitalizar al sector y el pasado miércoles fue el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, el que reiteró la delicada situación de los bancos. Anteriormente ya se había especulado con posibles necesidades de capital de Société Générale y Bank of America (en este último, incluso, Warren Buffet inyectó 5.000 millones de dólares). La falta de liquidez, la crisis periférica, los riesgos inmobiliarios y sobre todo una posible "inminente" recesión son algunos de los riesgos a los que se enfrenta la banca española. Temores que, según los expertos consultados por elEconomista, no son hoy por hoy un problema que pueda obligar a la banca española a ampliar capital.
"No creemos que el deterioro de las condiciones económicas sea tan grave como para necesitar una segunda oleada de recapitalizaciones de las entidades españolas", asegura Paula Cantero, de Banif. Ni siquiera cuando los rumores han revoloteado sobre alguna de ellas, como Santander, que se enfrenta a cuantiosos vencimientos de deuda en 2011 y 2012. Al banco le vencen deudas por valor de casi 44.000 millones en este periodo. Una cifra que no le supone un problema porque, según fuentes cercanas a la compañía, "el banco tiene garantizado las necesidades de liquidez -que no tiene nada que ver con el capital- hasta por lo menos dos años. Además, se ha rechazado operaciones que le pudiera obligar a ampliar capital y no ha entrado en la guerra del depósito". Una de ellas, la de la CAM, que pese a recibir ayudas puede llevar pareja una ampliación de capital.
La desconfianza de los bancos a la hora de prestar dinero es tal que están recurriendo "al modelo español de banca tradicional en el que los créditos se cubrían 100 por cien con depósitos y no con dinero del exterior", como asegura Guillermo Escribano, analista de Metagestión. Y es que bancos como Popular y Pastor abrieron la guerra al ofrecer depósitos con una rentabilidad superior al euribor medio -2,05 por ciento- a un año más 100 puntos básicos para no sufrir la escasez de dinero en circulación. Un problema que como asegura Alberto Roldán, de Inverseguros, ha llevado a la banca a vivir de la política contemplativa del Banco Central Europeo (BCE), que recientemente reveló que la cantidad que habían depositado los bancos comerciales europeos -151.097 millones de euros- era la cifra más elevada desde el mes de agosto de 2010.
No, por el momento...
Todos los expertos coinciden en que, tras los test de estrés, la banca española no necesita ahora recapitalizarse porque tiene unos niveles de capital "holgados" que cumplen las exigencias de Basilea III antes de su propia implantación, pero también dejan abierta la posibilidad en el caso de que el riesgo soberano se agrave y se incrementen los problemas de liquidez. En este caso, Miguel Pingarrón, analista de IG Markets, afirma que "afectaría más a la banca mediana y a los nuevos bancos porque las ampliaciones de capital que han hecho los grandes ha sido para comprar otro banco y no por problemas internos". Sólo hace falta recordar la última que realizó BBVA, cuando amplió capital por valor de 5.000 millones de euros para financiar su entrada en el capital del banco turco Garanti. Además, S&P valoró positivamente en un informe la solvencia de BBVA y Santander al situarlos entre los cuatro bancos europeos más solventes.
Precisamente, además, la banca más ligada al negocio nacional es la que acapara las recomendaciones de venta más contundentes del consenso de mercado recogido por FactSet y la que tiene pendiente para este ejercicio y el próximo los mayores vencimientos con respecto al total (ver gráfico). A Bankia, por ejemplo, le vencen en estos dos años un total de 20.143 millones de euros, lo que supone un 38,6 por ciento de sus vencimientos totales. El nuevo banco sigue sin ganarse el favor de los expertos, que recomiendan deshacer posiciones en el valor, aunque en la reunión del Comité Asesor Técnico (CAT) del pasado jueves se convirtió en el nuevo valor del Ibex 35 para ocupar la vacante que dejó Iberdrola Renovables.
El último banco que salió a cotizar, Cívica, también es otro de los que tiene mayores vencimientos. La deuda que le vence asciende a 451 millones en 2011 y a 2.082 millones al año que viene, lo que representa en conjunto casi un 37 por ciento de los vencimientos totales. En este caso sólo Credit Suisse y Nomura han iniciado su cobertura pero la recomendación media que asignan a sus títulos es de compra. Una recomendación que no tiene ningún otro banco español.
Tras los nuevos bancos fruto de la reestructuración de las cajas se encuentran Pastor, Bankinter y Sabadell, cuyos rendimientos de estos dos años suponen alrededor o más del 30 por ciento de los totales. En el caso de Banesto y Popular -el primero tiene consejo de mantener, mientras que los anteriores poseen una recomendación de vender- la deuda que le vence en este periodo representa alrededor del 26 por ciento de sus respectivos vencimientos totales. Un porcentaje que desciende hasta el 24 por ciento en Santander y hasta el 18 y el 13 por ciento, respectivamente, en BBVA y CaixaBank.
Pese a estas cifras, los expertos se mantienen optimistas. "La banca española tiene una cartera de activos para utilizar como colaterales para acudir al BCE, que no han optado por utilizarlos pero que pueden tirar de ellos para cubrir vencimientos", apunta Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
El fantasma de la recesión sigue ahí
Las cifras publicadas esta semana sobre el crecimiento trimestral de la eurozona y la preocupación del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, hablan por sí mismas y no hacen más que alimentar al fantasma de la recesión. Una posibilidad que se traduce en continuos recortes en las previsiones de beneficio de las entidades y en duros descensos en bolsa. La banca española se deja de media un 18 por ciento en 2011, frente a casi el 23 por ciento que se deja todo el sector.
En cuanto a la cuenta de resultados, las previsiones del consenso de mercado, recogido por FactSet, apuntan a que los bancos españoles -sin tener en cuenta las cifras estimadas en Bankia y Cívica por no tener dato comparativo- presentarán unas ganancias al cierre del ejercicio de 15.500 millones de euros, frente a los 16.626 millones que se estimaban antes de comenzar la racha bajista.