
La industria de los fármacos genéricos en España considera que su negocio está en peligro si no se recupera una norma que regía en nuestro país hasta el 2011: que el medicamento de marca costara en la farmacia siempre un poco más que su genérico de mismo principio activo.
"En los próximos años puede que dejen de salir nuevos medicamentos genéricos al mercado cuando las marcas pierdan la patente porque con la normativa actual cada vez es más complicado lograr rentabilizar esta inversión", asegura Raúl Díaz-Varela, presidente de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), la patronal del sector.
Lo que ha pedido esta industria al Gobierno es que cuando un fármaco genérico salga al mercado al haber perdido el medicamento original su patente, ese fármaco de marca no pueda, al menos durante un periodo de ocho a 12 meses, estar al mismo precio que el genérico, para que el laboratorio que lo lance pueda recuperar durante este tiempo la inversión realizada.
Hay que recordar que tras el cambio de ley de 2011 que eliminaba la diferencia de precio entre los medicamentos financiados de marca y sus genéricos, el Estado se negó a financiar un medicamento original a un precio superior al del genérico. Eso hizo que los laboratorios de marca, para poder seguir estando incluidos en la financiación pública, tuvieran que bajar el precio de sus medicamentos al de sus genéricos. Y casi el 100% de ellos lo hizo.
Sin embargo, un año después, la normativa volvió a cambiar y sólo si el médico optaba por recetar el fármaco con su nombre comercial las marcas podían ser dispensadas en la farmacias aunque el envase costase lo mismo, lo que se conoció entonces como discriminación positiva hacia el genérico. Este hecho provocó, según las farmacéuticas innovadoras, que su facturación bajara de media un 30% en las farmacias desde ese año.
Mientras, en el mismo periodo, los diez mayores laboratorios de medicamentos genéricos en nuestro país aumentaron sus ventas un 74%, según los datos de la consultora IMS Health. La industria del genérico considera que esta discriminación impulsó de nuevo la penetración de los genéricos en el mercado, aunque sin llegar a los niveles alcanzados en 2010, y sin embargo los lanzamientos de genéricos de 2013 y 2014 han tenido una penetración muy discreta.
Fin de la discriminación
Esta situación ha vuelto a cambiar este año. Ahora, cuando la prescripción se realiza por principio activo, el farmacéutico debe dispensar el fármaco de precio más bajo de su agrupación homogénea, sea marca o genérico. Si la prescripción se realiza por denominación comercial, si el medicamento prescrito tiene un precio superior al precio menor de su agrupación, el farmacéutico debe sustituir el medicamento prescrito por el de precio más bajo.
Para Farmaindustria, esta discriminación positiva hacia el genérico no tiene sentido, ya que a igualdad de precio, el Estado no ahorra más dinero y consideran que la competencia libre y directa entre ambos sería lo más justo y que el ciudadano pudiera elegir.