
Los laboratorios de fármacos genéricos van a pedir al Gobierno una normativa que obligue a los medicamentos originales a tener un precio mayor que sus copias, para de esta manera poder ganar cuota de mercado en la venta en farmacias. "Lo que queremos es que cuando un fármaco genérico salga al mercado al haber perdido el medicamento original su patente, ese fármaco de marca no pueda, al menos durante un periodo de tiempo razonable, de por ejemplo seis meses, estar al mismo precio que nuestro genérico, porque esto nos expulsaría del mercado", asegura a elEconomista Angel Luis Rodríguez de la Cuerda, director general de la patronal de estos laboratorios en España (Aeseg). Crece el consumo de medicamentos genéricos un 9,5%
Y es que el escenario de competencia entre medicamentos originales y sus genéricos va a cambiar en nuestro país desde el 1 de enero. El Gobierno ha decidido acabar con la norma que regía desde el año 2012 de discriminación positiva a favor de los genéricos en caso de igualdad de precio. Desde esa fecha, las farmacias están obligadas a dispensar el medicamento genérico de una determinada receta de un principio activo aunque el medicamento original y de marca de ese mismo producto tuviera el mismo precio.
Este hecho provocó, según las farmacéuticas innovadoras, que su facturación bajara de media un 30% en las farmacias desde ese año. Mientras, los diez mayores laboratorios de medicamentos genéricos en nuestro país han aumentado sus ventas un 74% en los últimos cinco años, según los datos de la consultora IMS Health.
Igualdad de precio
Hay que recordar que la diferencia de precio entre los medicamentos financiados de marca y sus genéricos se acabó en el año 2011. En ese momento, el Estado se negó a financiar un medicamento de marca a un precio superior al de uno genérico. Los laboratorios de marca, para poder seguir estando incluidos en la financiación pública, tuvieron que bajar sus medicamentos al mismo precio que el de sus genéricos. Y casi el 100 por cien de ellos lo hizo, pero la normativa de un año después les dejó en un callejón sin salidad y sólo si el médico recetaba el fármaco con su nombre comercial podían ser dispensados en la farmacias.
Para Farmaindustria, esta discriminación positiva hacia el genérico no tiene sentido, ya que a igualdad de precio, el Estado no ahorra más dinero y, segundo, porque el crecimiento que ha tenido desde entonces esta industria ha sido constante y no pone en riesgo al sector en España. Los laboratorios innovadores consideran que la competencia libre y directa entre ambos sería lo más justo y que el ciudadano pudiera elegir.
Por contra, desde la patronal de genéricos consideran que el sistema actual era "el menos malo", asegura Rodríguez de la Cuerda. Según las firmas de genéricos, en un mercado de libre competencia y mismo precio, los genéricos terminarían por desaparecer. "La industria de los genéricos en España es un sector muy importante en nuestro país en lo relativo a la creación de empleo y riqueza. Actualmente siete de cada diez medicamentos de este tipo que se venden en las farmacias son fabricados en nuestro país", resalta el director general de Aeseg. En cuanto a la cuota de mercado, los medicamentos genéricos representan ya el 40% de las unidades vendidas en las farmacias y el 20% de la facturación total, una cifra similar a la de Portugal o Noruega, pero lejos del 37% de Alemania.