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Cáncer de próstata: un urólogo advierte de la importancia del diagnóstico precoz y las revisiones frecuentes

Cáncer de próstata | iStock

Quirónsalud Zaragoza ha advertido de la importancia del diagnóstico precoz y las revisiones periódicas frente al cáncer de próstata. En la actualidad, el cáncer de próstata es el cuarto en incidencia y el octavo más mortal a nivel mundial, según datos de Global Cancer Observatory. Además, se estima que uno de cada seis hombres padecerá este tumor a lo largo de su vida.

Ante esta situación, el miércoles 11 de junio, Día Mundial de Cáncer de Próstata, Quirónsalud Zaragoza señaló que con un diagnostico precoz es posible disminuir la mortalidad de la enfermedad. En este sentido, el doctor Manuel Sánchez, urólogo en Quirónsalud Zaragoza, ha explicado que "la mayoría de los tumores de próstata se diagnostican en fases tempranas gracias a la detección precoz, lo que permite alcanzar unas tasas de curación más elevadas que con un tratamiento localizado."

Recomendaciones

Se recomienda comenzar las revisiones a partir de los 45 o 50 años. Si a los 45 años la cifra de antígeno prostático específico (PSA) es normal, se realiza una nueva valoración a partir de los 50 y, desde esa edad, se aconsejan exámenes anuales. En caso de tener antecedentes familiares de cáncer de próstata o mama, esta edad se adelanta a los 40 o 45 años, así como se ha demostrado en un estudio que son portadores de determinados genes como el BRCA 2.

"El principal factor de riesgo es la edad, aunque en los últimos años también ha aumentado la importancia de los factores genéticos, que se estudian en pacientes jóvenes con tumores agresivos o en familias con varios miembros con cáncer de próstata o de mama", ha indicado el especialista.

En profundidad

Asimismo, el doctor Joaquín Navarro, urólogo de Quirónsalud Zaragoza, ha indicado que "el cáncer de próstata no suele dar síntomas en sus fases iniciales, lo que hace fundamental la realización de análisis de PSA, incluso en hombres sanos y sin molestias urinarias". De ahí la importancia de las revisiones periódicas frente a esta enfermedad.

Con respecto al diagnóstico, el PSA y el tacto rectal son las dos pruebas fundamentales para detectar alteraciones sospechosas. Si alguno de estos indicadores resulta anormal, se recurre a estudios más avanzados, como la resonancia prostática multiparamétrica o la biopsia prostática dirigida. Urólogos y oncólogos destacan la importancia de realizarse periódicamente estas pruebas para evitar los efectos negativos de un diagnóstico tardío.

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