
A los inversores en renta fija les recomiendo que no quieran ser héroes en 2015", Alberto Gallo, de RBS. "Llevo más de 30 años en el mercado y nunca había visto una situación igual en la renta fija", Pablo González, de Ábaco Capital. Son solo dos frases que ejemplifican el vértigo de muchos inversores ante el año que se presenta para la renta fija. "Los rendimientos de los bonos rara vez han estado tan bajos", advierten desde UBS, "llevamos tiempo esperando un punto de inflexión que todavía no ha llegado".
El mercado ha empezado a recorrer el puente colgante sobre el abismo que le llevará hasta 2016. En comparación con las buenas perspectivas para la renta variable, la renta fija será un activo de riesgo en 2015 que podrá dejar retornos negativos. Los obstáculos en el camino serán abundantes, pero los expertos señalan algunas claves para llegar al otro lado sanos y salvos.
Bancos centrales, principio y fin
Si hay cuatro nombres clave para 2015, esos son: Mario Draghi, Janet Yellen, Mark Carney y Haruhiko Kuroda, presidentes respectivamente de los bancos centrales de la eurozona, EEUU, Reino Unido y Japón. En su mano están, no solo los tipos de interés oficiales, sino también los estímulos monetarios que se han convertido en una constante de esta crisis. La eurozona se está preparando para un programa histórico de compra de bonos para 2015 que podría incluir hasta deuda pública, lo que podría suponer un importante respaldo para la renta fija de la región.
Por el contrario, las economías estadounidense y británica empiezan a presentar unos números indudablemente positivos que probablemente provocarán una primera subida de tipos a lo largo de 2015. El riesgo de que provoque una reacción al alza en las rentabilidades del resto de activos del país es muy elevado, por lo que los expertos recomiendan ser prudentes en estas regiones.
Mejor la parte larga de la curva
¿Qué va a pasar en la próxima reunión de cualquier banco central? Es imposible saberlo ahora que las hojas de ruta que se han marcado son tan elásticas. La incertidumbre se traduce en volatilidad que afecta principalmente a los tramos con vencimiento a corto plazo, esto es, la parte corta de la curva de rentabilidades. Los riesgos de sufrir retornos negativos en estos activos es mayor que en los de medio y largo plazo, para los que se supone que la economía ya se habrá normalizado y los tipos de interés, ajustado a sus niveles de equilibrio.
Además, hay un segundo factor que beneficia a los tramos largos: la rentabilidad. Los intereses de los títulos de corto plazo ofrecen un retorno próximo a cero, por lo que la posibilidad de que se estrechen más es remota. Por este motivo, para encontrar rentabilidad, los inversores tienen que buscar en vencimientos largos. Para el equipo de Renta4 "existe recorrido en el tramo largo de la curva", pero será necesario que se aprueben más estímulos monetarios, ya sea con bajadas adicionales de tipos o con un programa de compra de activos del BCE.
Un mundo sin inflación
Una de las situaciones extraordinarias que se vivirán en 2015, y que afectará de forma positiva a la renta fija a corto plazo, es el proceso de desinflación al que se enfrenta la economía mundial. La depreciación del petróleo y la debilidad de la demanda reducirán la inflación de forma generalizada, lo que permitirá elevar la rentabilidad real de los diferentes activos. Además, este parón de los precios dará cierto margen a los bancos centrales para adoptar o mantener los estímulos monetarios con el objetivo de reactivar la economía, lo que beneficiaría a la renta fija. Sin embargo, los beneficios positivos de una inflación baja se acaban en el momento en el que se inicie una corriente deflacionista. En un mundo altamente endeudado, una caída de precios elevará el tamaño real de los pasivos y aumentará el riesgo de impago.
Los cisnes negros
Como siempre ocurre en el mercado, lo que no se puede predecir es lo que tiene más impacto. ¿Quién habría pensado hace medio año que el petróleo perdería casi la mitad de su precio? Las elecciones en Grecia, los conflictos geopolíticos... las incertidumbres para 2015 son muchas, y otras tantas que vendrán. La gestión flexible permitirá adaptar la cartera a las situaciones del mercado.